MADRID (AFP) - La Justicia española anuló ayer las autorizaciones dadas por el juez Baltasar Garzón para abrir fosas de víctimas de la Guerra Civil y el franquismo a la espera de decidir si éste es competente para investigar la suerte de esos desaparecidos, lo que rechaza la fiscalía y apoya la ONU.
Varias asociaciones de familias de víctimas anunciaron que recurrirán la decisión y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) indicó que continuará las exhumaciones, que lleva a cabo desde hace ocho años.
La decisión "tiene que ver en parte con la política", denunció su presidente, Emilio Silva, ya que el gobierno español se opone a que Garzón investigue más de 114.000 desapariciones, que considera "crímenes contra la humanidad", y la fiscalía, que depende del ministerio de Justicia, también.
La Audiencia Nacional, principal instancia penal española, resolvió que Garzón deje de autorizar la apertura de fosas comunes hasta que el pleno de la audiencia responda al recurso de la fiscalía, que se pronunció en contra de que el juez investigue, indicaron fuentes judiciales. El 16 de octubre pasado, Garzón decidió llevar a cabo esta investigación alegando que se trata de "crímenes contra la humanidad", que no prescriben.
Pero la fiscalía recuerda que una ley de amnistía adoptada en 1977 impide acciones judiciales por esos delitos de la Guerra Civil (1936-1939) y el franquismo (1939-1975). Desde Ginebra, el Comité de Derechos Humanos de la ONU pidió a España la abolición de esa ley por considerarla en contradicción con los tratados internacionales ratificados por el gobierno español y pidió que "no sean aplicables" las limitaciones de causas y denuncias por crímenes contra la humanidad. "No hay ninguna ley que nos lo pueda impedir, tenemos toda la legitimidad del mundo y las familias también", aseguró Emilio Silva en relación con la búsqueda de desaparecidos. Las asociaciones de familiares de víctimas abren fosas y exhuman los restos de sus parientes desde hace ocho años y han hallado más de 170 fosas y exhumado unos 4.000 cuerpos, casi todos del bando republicano que fue derrotado.