No me refiero al trabajo en sí mismo de los maestros y profesores que de uno u otro modo manejan los primeros saberes de los niños.

Digo, sí, que en ese núcleo conviven las más amplias diversidades de formadores: los vocacionales, justos, honestos, los que van a pesar de todo y los que no van sin ningún pesar, los aprovechados de siempre, los buscadores políticos y de políticos, los honestos, los no tanto, es decir, un perfecto mosaico representativo de nuestros estamentos sociales, con su carga de agremiados positiva y negativa, pero... cuantioso en adherentes y muy poderoso además, poder éste -petulante y sin límites- que da pie al reclamo salarial de ATEN.

Me pregunto: ¿qué pasaría si a los padres en cada uno de sus sitios de trabajo y que tratan de mandar a sus hijos a la escuela se les ocurriera pedir así, de una, un aumento de 45% en sus haberes? ¿Cuántos accederían y cuántos más quedarían sin empleo? No creo que la respuesta sea difícil de develar. ¿Y todo el resto de la masa trabajadora?

¿Qué le hace creer a esta organización sindical que tiene derecho absoluto por encima de los demás integrantes del sistema, carentes ellos de agrupaciones tan numerosas como prepotentes y narcisistas? ¿Qué potestad les asiste para coartar el derecho a la educación de niños que hoy más que nunca necesitan?

¿En qué recóndito lugar quedó la tan mentada solidaridad y dónde -soterrado- el cascado compañerismo hacia los venerados compañeros no tan perfectamente organizados en distritos como el gremio docente y por lo tanto débiles a la hora del reclamo? ¿O será que éstos están más que conformes con sus haberes?

De ningún modo se trata de defender una postura de un gobierno que indefectiblemente forma parte de la triste realidad, la mirada tiene más que ver con la creciente egolatría de ATEN en este caso (ATE aprovecha y se suma) que sólo pretende llevar agua para su molino, contando con la "complicidad" cautiva de miles de chicos y padres que no tienen más alternativa que aceptar cabizbajos el avasallamiento y la sinrazón, además claro, de aquellos miles y miles de ciudadanos, prisioneros de los cortes de vías de comunicación y acciones absolutamente desamparadas de ley de los activistas educacionales y allegados que nunca faltan a la hora de romper y transgredir.

De la misma forma -con paros, bloqueos de caminos fuera de toda racionalidad de parte de la organización y represiones bestiales avaladas por la soberbia de un gobernador- comenzó el último y trágico capítulo que terminó hace más de un año con una vida valiosísima que dejó una viuda, hijos sin padre y alumnos sin profesor, todo en un instante a manos de un inadmisible asesino, que disparó un arma, sí, pero cuyo gatillo fue jalado en parte por la nefasta incapacidad de un gobierno y también por el gremio, por aquel accionar vesánico y hasta ilegítimo.

El primero se defiende y deslinda. El segundo nunca se hizo cargo.

Sólo pido un vistazo a la realidad de otras provincias, equidad en los reclamos y en sus respuestas, basta de educandos y padres rehenes, no más gobierno en armas y civiles inmovilizados en rutas y puentes y ... ¡memoria! Que nadie use la absurda e innecesaria muerte de un hombre de bien como trampolín para sus intereses.

Hugo Capellán

DNI 11.208.763

Cipolletti