Viernes 07 de Noviembre de 2008 Edicion impresa pag. 26 > Internacionales
Rusia presiona con misiles y temen que peligre el diálogo
Los analistas creen que Medvedev dejará un margen para negociar.

BRUSELAS.- El presidente ruso Dimitri Medvedev busca obtener concesiones de Estados Unidos con la amenaza de un despliegue de misiles en Kaliningrado, en plena Europa, pero corre el riesgo de quebrar de entrada el diálogo con su futuro interlocutor norteamericano Barak Obama, según analistas.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) manifestó el miércoles su preocupación por el posible despliegue de misiles Iskander en el enclave de Kaliningrado (situado entre Polonia y Lituania) y su conformidad con los acuerdos en materia de control de armamentos.

Según Medvedev ese despliegue serviría para "neutralizar" el escudo antimisiles norteamericano, al que Rusia se ha opuesto en vano hasta el momento y que consiste en la instalación de 10 interceptores en Polonia y un radar en República Checa.

Exasperada, Rusia podría aumentar hasta más de 500 kilómetros el alcance de la versión modernizada del Iskander (que originalmente llega hasta los 280 km) y dejar caduco el tratado ruso-norteamericano de 1987 sobre la prohibición de Fuerzas Nucleares Intermediarias (FNI).

Tras la suspensión por parte de Moscú del Tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FCE), esto constituiría un nuevo golpe a los acuerdos de desarme del final de la Guerra Fría.

Esta iniciativa alimentaría el distanciamiento entre Occidente y Rusia y no cambiaría en sí misma la situación militar, según los expertos.

"Este proyecto de desplegar Iskander, en lugar de los viejos Tochka, en la región de Kaliningrado, se remonta a 2000 y sólo ha sido retrasado por falta de dinero", explicó Joseph Henrotin, de la Red de Estudios Estratégicos (RMES) belga. Incluso el primer minitro polaco, Donald Tusk, cuyo país se ve directamente afectado, ha visto en las declaraciones de Medvedev más como "un acto político que militar".

De todos modos, los analistas se muestran divididos sobre la reacción de la futura administración norteamericana al tono intransigente de Medvedev.

Para François Heisbourg, consejero especial de la Fundación para la Investigación sobre la Seguridad (FRS) con sede en París, "la maniobra de intimidación rusa corre el riesgo de volverse en su contra".

"Si esperan que Estados Unidos renuncie al despliegue de su escudo, se equivocan", dijo este experto.

Y es que si bien los demócratas nunca han sido tan entusiastas como los republicanos de la administración de George W. Bush ante este costoso proyecto, Obama es "ultrasensible a todo lo que parece dar de él la imagen de un tipo fácil de dominar", ya que su falta de experiencia internacional ha sido denunciada como un handicap por sus adversarios durante la campaña electoral, indicó Heisbourg.

"No va a querer dar al inicio de su mandato la impresión de que se deja presionar", predijo. (AFP)

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