Miércoles 05 de Noviembre de 2008 Edicion impresa pag. 6 > Regionales
Ipross licitará prestaciones de alta complejidad
Son las que en la actualidad presta en exclusividad la Fundación Médica. Comprende un monto cercano a los ocho millones de pesos en el año.

VIEDMA (AV).- La obra social rionegrina, Ipross, desembolsa unos 15 millones anuales por servicios de alta complejidad. La mitad de ellas se cumple en la provincia, a partir de un viejo convenio de exclusividad con la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén que, pese a lo importante del gasto, impide la libre competencia por calidad y precio.

Para el año próximo, esas prestaciones serán licitadas en diciembre o enero, según confirmó el interventor del Ipross, Alcides Pinazo.

Es que aquella relación contractual con la Fundación -que se gestó en 1993- no será renovada.

Un equipo contratado de Capital Federal confecciona los pliegos y esta semana presentará un avance del marco jurídico y prestacional del llamado al secretario Técnico del Ipross, Sergio Wisky.

Actualmente, la Fundación factura 650 mil pesos mensuales por sus servicios de alta complejidad y otros 700 mil pesos corresponden a derivaciones que el Ipross abona en centros médicos fuera de la provincia. Ambos pagos proyectan costos anuales de 15 a 16 millones, pero la licitación incluirá aproximadamente la mitad de ese monto. El contrato de exclusividad de la Fundación vence en abril próximo y Pinazo ya ratificó que no lo renovará.

Este canal prestacional se remonta a 1993, es decir, 15 años atrás. En la gestión de Horacio Massaccesi, el Ipross aprobó un "exclusivo" convenio que se originó en un acuerdo de complementación, por el cual la Fundación abonaba con prácticas una deuda con el entonces BPRN, por un abultado crédito que no había devuelto. Esa deuda -según la gerencia general de la entidad crediticia- superó los 58 millones de dólares, pactados en pesos y en dólares. En su origen, el directivo de la Fundación Herman Schroeder afirmaba que el aporte provincial había sido de seis a ocho millones de dólares, tomado del BPRN para avanzar en la obra civil y la compra del equipamiento médico-tecnológico.

Ese contrato tenía un plazo de 10 años pero, posteriormente, fue renovado, sin cláusula de rescisión.

En principio, la Fundación concentraba servicios de cámara gamma, medicina nuclear, resonancia magnética nuclear, hemodinamia, angiografía digital y terapia radiante de tumores compuesto por simulador, planificador y acelerador lineal de fotones y electrones. Estas atenciones médicas se cumplían en su sede de Cipolletti.

Poco a poco, otros centros privados incorporaron equipamiento sofisticado y plantearon cuestionamientos al Ipross por la continuidad de esa exclusividad prestacional que los perjudicaba.

También se quejaron los pacientes porque debían trasladarse desde Viedma o Bariloche al Alto Valle, teniendo prestadores en su ciudad. El pago del transporte y del alojamiento de los afiliados implica un costo adicional al Ipross.

Esto determinó incluso recursos en la Justicia, por los cuales la obra social quedó obligada a la autorización de estudios médicos en Bariloche.

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