MONTEVIDEO.- Las pasiones se desataron ayer en torno del Palacio Legislativo de Montevideo, bajo un inclemente calor, entre partidarios y contrarios a la despenalización del aborto, mientras los diputados tratan un proyecto que legaliza la interrupción del embarazo.

"Este Parlamento ha venido votando leyes horribles, leyes antivalores", lanzó el edil Carlos Iafigliola desde un estrado montado por los activistas de la Coordinadora Nacional por la Vida (Provida) al costado del Palacio Legislativo.

"Pero la que está discutiendo hoy (por ayer) es la peor de todas", añadió el activista, porque "tiene aberraciones" y "le pasa por arriba a la naturaleza humana y a la ley de Dios", mientras unos 300 seguidores aplaudían a rabiar y gritaban "Sí a la vida".

Con variadas pancartas con consignas contrarias al aborto, los activistas de Provida mostraban fotos de fetos abortados y agitaban banderas con leyendas como "No al aborto" y "Yo voto por la vida de los 2".

De inmediato, el pastor evangelista Jorge Márquez, de la iglesia "Misión Vida", que tiene emisiones por la televisión, se apoderó del micrófono para instar a "los diputados que votan contra el proyecto a que vengan a defender la vida aquí", en el escenario.

"Nosotros defendemos la vida cada día, en los barrios, en los púlpitos, en las plazas" porque "la vida es el primer derecho que debe ser defendido", enfatizó el pastor, luciendo una gorra de béisbol y con la solvencia de aquellos acostumbrados a hablar ante cámaras y grandes auditorios.

En la acera de enfrente, bajo la reparadora sombra del edificio anexo del Palacio Legislativo, se agruparon unos 200 partidarios de la despenalización del aborto, reunidos en la Comisión Nacional de Seguimiento, Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía (CNS), portando las manos anaranjadas con la leyenda "Voto a favor" que ha caracterizado su campaña.

Mucho más silenciosos, apenas se escuchaban las canciones del grupo de rock uruguayo ´No te va gustar´ (NTVG) que salían por un parlante solitario que era totalmente tapado por el volumen de la amplificación de Provida.

En un momento se dispusieron a cruzar el paso de cebra sobre la Avenida de las Leyes, que circunvala el Palacio Legislativo, pero los activistas de Provida les cortaron el paso mientras gritaban "¡Sí a la vida, sí a la vida!", cortando el tránsito y provocando la ira de los automovilistas, que tocaban con impaciencia las bocinas de sus coches.

Ante el temor que se desatara una batahola, activistas de uno y otro bando intentaron separar las partes. "No entren en provocaciones", advertía un fornido activista de Provida, con tatuajes en sus bíceps, cuya sola presencia era convincente.