¿Vuelve el radicalismo?
- No tiene por qué volver, siempre estuvo y está… Sí, ya se lo que me va a decir: que venimos de una crisis que nos debilitó
El que responde es el presidente de la UCR, Gerardo Morales.
- Vienen escamoteados de  poder...
- Venimos de muchos problemas. Y eso de "sin poder", no es así. Nos estamos reagrupando. El radicalismo está latente en millones de argentinos; es una pertenencia muy larga, muy profunda. Viene de muy mala performance, pero acá estamos. Y si no, mire… acá hay cuatro o cinco generaciones de radicales… Mire cuánto borrego nuevo hay… Y con boina blanca y todo.
- Pero, a la hora de los votos, ¿serán votos radicales?
- Le corresponde al partido volver a seducir. Esa tarea es responsabilidad de todos los radicales, de debate interno. Mire: cuanto más en peligro está la libertad, más fuerte es el radicalismo.
- La vieja sentencia de Lisandro de La Torre que, aun renunciando al partido, dice que el destino de la UCR deberá ser siempre "la carpa que protege de las tormentas que siempre acechan a la libertad". ¿Pero no cree que es algo extemporáneo considerar que en Argentina la libertad está hoy bajo peligro?
- Yo no digo que hoy esté en juego la libertad. Los argentinos hemos tomado conciencia de su valor, y esta es sin duda una de las experiencias más formidables logradas y consolidadas en este cuarto de siglo de democracia. Pero es evidente que, de no ser por esa experiencia y la disposición a defender esa libertad, están siempre latentes quienes retan, quienes procuran lesionar la libertad con decisiones que hablan de tener una cultura muy autoritaria.
- ¿Eso es el kirchnerismo?
- En mucho… hablan los hechos. Cuando uno se planta ante la historia en rol de sentirse predestinado, ahí en esa visión ya tenemos mucha simiente de autoritarismo.
Morales interrumpe involuntariamente el diálogo cuando un mujer con golpes militares y muchas elecciones a cuestas, lo abraza:
- ¡Doctor, doctor!
- Contador, señora, contador… Gerardo, señora. ¡Correligionario!
- ¡Lo que sea, Gerardo! Yo lo veo siempre por televisión. Me gusta mucho cómo habla, tranquilo…. ¡Tenemos que juntar al radicalismo! Mi padre y abuelo eran radicales. Mi padre me llevaba al comité de chiquita, en Nueva Pompeya…el comité de don Pancho Rabanal. ¡Cómo nos dábamos con los peronistas!
Gerardo Morales ya no escucha a la mujer. Está bajo presión de saludos y abrazos.
- ¿Y con Cobos?
- Ya lo hemos dicho: se forjó en tienda radical, pero la abandonó. Si quiere volver, que se vaya de la vicepresidencia. En política no se puede tener… no se puede estar…
- La vieja consigna alemana: no se puede estar parado entre dos sillas.
- ¡Eso, efectivamente! ¡Es hora de definiciones!, -sentencia solemne un radical que en la solapa de su saco luce el botón dorado de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
- ¡"Pancho" Rabanal, Julián Sancerni Giménez..! ¡Qué dirigentes, qué radicalismo tenía la Capital Federal! ¡Usted es muy joven, no conoció a esos radicales!, - dice un hombre portador de no menos de 70 años y palmea a este periodista.
- Gracias por el cumplido, pero los conocí a ambos. Los vi ponerse espalda contra espalda para cubrir al "Chino" Balbín en un lugar donde habían comenzado las piñas…
- ¿Dónde, cuando?
- En Río Negro, en Roca… en el Bristol, un hotel. Un alfonsinista, Altamirano, lo hizo calentar a Balbín. Un  balbinista de apellido Marcaccio salió en defensa del "Chino"... sopapos de aquí, de allá…
- ¡Sancerni era fantástico! Siempre ayudaba. ¡Usted quería una licencia para taxi, él la conseguía! ¡Quería abrir un cabaret, él arreglaba todo!, -dice el hombre.
Rabanal y Sancerni Giménez murieron poco antes del retorno a la democracia. Antiperonistas rabiosos.  "Ambos representaban un estilo político, el de los caudillos parroquiales, "dueños de la situación", asociados a los punteros y al clientelismo, que habían comenzado sus carreras en el interior del partido como dirigentes circunscripcionales, para ocupar después concejalías y diputaciones nacionales", escribe Ana Persello en el flamante libro "Historia del radicalismo".
Y cuando se fue Rabanal, "La Nación" dirá: "Su tiempo estaba hecho de medias palabras, miradas significativas (...) Cuando se anunciaba que Rabanal "resolvió se estremecía: el caudillo estaba en movimiento con todas sus huestes".
A metros de un Gerardo Morales que sigue bajo abrazos y besos, Juan Nosiglia está radiante. Es hijo del polémico "Coti" y presidente de la Juventud Radical.
- ¡Vieron, vieron que tenía razón: la borregada cumplió. Vino y vino! ¡La JR vuelve a la calle, mierda!, -sentencia.
El Luna Park se va llenando.
Elisa Carrió con una corte de colaboradores. Miró. Saludó. Magra cosecha en expresiones de afecto. Se fue al enterarse de que Raúl Alfonsín sólo estaría presente vía imagen y reflexión.
Federico Storani mira al periodista:
- ¡Y éramos tan jóvenes!, -dice y se estrecha en un abrazo con Lepoldo Moreau.
Los pibes cantan y bailan. Hay boinas rojas al aire.
- La consigna es que el acto sea de todos los argentinos, no privativo de los radicales, -dice Storani.
- Entonces puede venir Kirchner…
- Sí, pero que deje en la puerta el traje de sentirse el mejor, el único… Pero no hablemos del presente. Recordemos aquello…
- Estoy emocionado -interviene Moreau - me acabo de enterar de los mensajes que le enviaron Felipe González, Bachelet, Julio Sanguinetti, Jimmy Carter…
- ¿Qué le dicen esos mensajes a usted?
- Que Alfonsín tiene el reconocimiento propio que se hace a quienes abrieron un surco, con sus más y con sus menos, pero cuya trascendencia sólo reconoce el tiempo.
- ¿Por qué cree que todo terminó tan mal para el aquel gobierno, para el radicalismo?
- Porque… déjeme simplificar, hacer reduccionismo: porque esto es Argentina. Ahora festejemos.
- ¡Doctor Moreau! ¡Doctor Moreau! Soy Aguilar, ¿me recuerda?, -lo abrazó un hombre.
- Sí claro, cómo no, -responde Moreau. Sigue estrechando manos y repartiendo besos. Ya hace años que no desmiente que no es doctor en nada. Fue estudiante de Derecho sin recibirse. Se transfirió al periodismo, oficio en el que fue vago, solía recordar su ex colega en "La Opinión", Julio Ramos.
Alguien comenta que Ricardo López Murphy ya está en el Luna.
- Es radical, si se fue del partido no quiere decir que no siga teniendo mucho de su corazoncito en el partido, -reflexiona el "Japonés" García, intendente de Vicente López, hoy radical K a medias. Luce un rostro tirante que traduce cirugía.
Muy cerca de él está Gustavo Posse, intendente de San Isidro. También con ganas de poner pie en polvorosa de la carpa K que abrazó hace algo más de un año. Abrevó de su padre, de formación desarrollista. Se trasluce en sus reflexiones.
- Hay que juntarse a partir de ideas, de debate, de espíritu crítico.
Cuando ingresa Cleto Cobos, el rostro del pibe de la JR se pone agrio. Sus líderes recuerdan la consigna: "Aguante la JR".
Cobos saluda. La "cara de nada" impide determinar su verdadero estado de ánimo.
Y de golpe, Raúl Alfonsín en la pantalla gigante. Muy maquillado.
"Volvió a conmover 25 años después de su triunfo", dirá horas después "La Nación".
Y Joaquín Morales Solá rematará: "Símbolo de la democracia".
Acotará: "Ese lugar en la historia de referente insoslayable de la democracia, de última reserva de un sistema político agobiado a veces de conflictos y de rupturas, no se lo ha sacado ni siquiera la posterior saga de aciertos y errores propia de cualquiera vida".
Impecable reflexión.
Porque la historia no siempre se mide en términos de lo que se hizo en un presente, sino de lo que se supo poner en marcha en función de los días por venir.

CARLOS TORRENGO (carlostorrengo@hotmail.com)