BUENOS AIRES (ABA) . - El consultor laboral, Ernesto Kritz, señaló que la crisis financiera global no es la causa directa de la caída en la demanda de trabajo que se registra en nuestro país, sino que acentúo factores domésticos que se venían produciendo.
"Es evidente que las señales desde lo político afectaron y afectan el clima de negocios en nuestro país. Primero fue el conflicto del campo y ahora la estatización de las AFJP, lo cual sumado a la pérdida de competitividad cambiaria produjeron un impacto negativo en el mercado laboral", afirmó Kritz al ser consultado por "Río Negro".
El titular de SEL Consultores subrayó que no existe una destrucción neta de empleo -en general el empleo se mantiene estable-, sino que el ajuste se produce por cantidad de horas trabajadas.
"La tendencia es disminuir la cantidad de horas demandadas, contratando menos personal tercerizado", resumió Kritz, quien agregó que sólo una de cada siete empresas estima reducir personal propio. El analista y también ex funcionario basó su análisis en una encuesta realizada en los últimos días por su firma entre 160 compañías líderes que ocupan alrededor de 270.000 personas.
El trabajo, entre otras cosas, indica que la demanda de trabajo está cayendo en este trimestre en una de cada tres empresas, mientras crece en una de cada diez.
Pero -como se señalaba anteriormente- en relación con el primer trimestre: en el 59% de las empresas el empleo se mantiene estable, disminuyendo en un 31% y creciendo en el 10%.
Kirtz descree que exista -como acusan desde el sector sindical- un clima de ajuste alentado por los empresarios.
"No lo creo así, porque la demanda laboral depende de la actividad económica", respondió, agregando que ello se refleja en que -más allá de los aspectos genéricos- los efectos de la crisis tienen su lado sectorial como el caso del automotriz, que suspende porque se cayeron sus ventas al exterior .
La demanda laboral es sensiblemente menor en las exportadoras que en las que trabajan en el mercado doméstico. No son muy diferentes los índices en cuanto a la reducción de personal (bajo en ambos casos), la diferencia está en que son bastante menos las exportadoras que descartan aumentar personal que las locales.
El quiebre o punto de inflexión se produjo a comienzos del 2007, cuando la pobreza que había disminuido a 26% en el segundo trimestre del 2006 revirtió al nivel al 32,3%. Desde el segundo semestre del año pasado, al segundo del actual, la creación de empleo bajó del 5,6% a 1%, es decir un 80%.
La caída importante -insistió el especialista- se registra no tanto en el desempleo, sino en la demanda de empleados que es la que viene cayendo.
Tomando en cuenta el escenario actual, Kritz propone por un lado ampliar los consensos entre empleadores y asalariados; y especialmente una política de compensaciones asistiendo a quienes viven en hogares más pobres, "con subsidios explícitos del lado de la demanda -como la cobertura de una canasta básica de alimentos-, en lugar de los subsidios implícitos en vigencia que favorecen a sectores que menos los necesitan", expresó.