El 2 de octubre a las 8:30 mi familia sufrió un tremendo asalto a manos de tres delincuentes. Cuando mi padre abría su taller en calle Linares y Chocón fue maniatado, salvajemente golpeado y denigrado; hasta le gatillaron varias veces. A la Sra. que retira la basura también la golpearon y maltrataron a su hija, menor de edad, que en ese momento la acompañaba. Finalmente a mi madre la golpearon sin otro motivo más que el de reducirla para escapar.

El fin de esta carta es agradecer profundamente la labor realizada por el comisario Beroiza, de la Comisaría Segunda, y a todo su equipo por su excelente labor y el apoyo moral que nos brindaron el día del incidente y a posteriori. Quiero agradecer al Dr. Pescara, del Hospital Regional, y a todo el equipo médico y de enfermeros que estuvieron de guardia el día del hecho, quienes brindaron asistencia médica a mi familia. Lamentablemente no conozco los nombres de todos los que han intervenido en este asunto, pero hago extensivo este agradecimiento a todos aquellos a quienes no he nombrado.

Los tres delincuentes fueron detenidos por la policía a los pocos minutos de denunciado el hecho. Lamento que no haya políticas de Estado eficientes para cambiar las leyes; los delincuentes las conocen mejor que todos nosotros, asesorados por profesionales que saben perfectamente cuáles son los puntos negros de nuestra Justicia. Los dejan salir y volver a actuar con total impunidad, ya que los jueces a cargo de dictaminar lo que estos delincuentes merecen por su delito y agravio no encuentran evidencias suficientes para dejarlos presos, y no estamos hablando de menores ni de gente que es la primera vez que comete delitos: ya tienen otras causas, ya han estado en prisión. Parece que nadie quiere cambiar el rumbo de esta historia que nos afecta a todos por igual.

Mariela Cecilia Gómez

DNI 23.001.250