WASHINGTON (AFP).- La frenética carrera hacia la Casa Blanca se acerca a su clímax y los candidatos Barack Obama y John McCain mantienen una lucha sin cuartel a dos días de la histórica elección presidencial.
Por primera vez en la historia de Estados Unidos, un candidato negro, el demócrata Barack Obama, podría convertirse en presidente; y una mujer, la republicana Sarah Palin, podría ocupar el puesto de vicepresidenta de la primera potencial mundial.
Los estadounidenses elegirán a su próximo presidente en un momento en el cual su país está sumergido en dos guerras que parecen no tener fin en Irak y Afganistán, y cuando el temor a una recesión acecha más que nunca.
Según el sitio independiente RealClearPolitics (RCP), que realiza un promedio diario de los sondeos, el candidato demócrata disponía ayer de una ventaja de más de seis puntos sobre su adversario (49,9% contra 43,6%). Pero en el complejo sistema electoral estadounidense se trata menos de ganar el voto popular que de obtener al menos 270 de los 538 grandes electores que componen el Colegio Electoral.
La elección se juega en una decena de estados indecisos, los "swing States", capaces de inclinarse de uno a otro campo a último minuto y de definir la elección. En 2000, George W. Bush ganó la elección presidencial con menos votos que su adversario demócrata Al Gore a nivel nacional. En 2004, la elección se decidió en un solo Estado, Ohio (norte), ganado por Bush con un poco menos de 120.000 votos de ventaja, en más de 5,6 millones de sufragios.
En los últimos días, Obama y el candidato republicano John McCain multiplicaron los desplazamientos en varios Estados clave, entre los cuales Florida (sudeste). Y no preveían reducir sus esfuerzos.
Ayer, el candidato republicano estuvo en Virginia (este) y en Pennsylvania (este); Obama en tres actos en tres Estados diferentes: Nevada (oeste), Colorado (oeste) y Missouri (centro). El hecho de que McCain haga campaña en un Estado como Virginia no es una buena señal para los republicanos y confirma que su candidato está a la defensiva. Virginia no ha votado a un candidato demócrata en la elección presidencial desde 1964 y según RCP, Obama cuenta allí con una ventaja de más de seis puntos.