"Lo que no está acá, no existe", le aclaró el vocal Eduardo Giménez a Sanz al tiempo que levantaba una de las carpetas del expediente ante la insistencia del interventor en responder a publicaciones y expresiones de los medios.
Sanz afirmó que mientras Irigoyen era interventor él se encargaba de temas rutinarios como trámites internos. Recordó que "jamás tuve una presión ni directiva para ir más allá de lo que debía hacer. Las decisiones de fondo las tomaba él -por Irigoyen- pero yo le expresaba mi opinión".
No escatimó elogios para su antecesor en la titularidad del organismo. "Fue muy buen administrador, aumentaba utilidades y reducía costos, en publicidad, viajes, transporte. Además era un referente entre los jefes de las loterías del país por cómo defendía los intereses de la Río Negro". Abonó estos conceptos con algunas anécdotas llamativas. "Cuando íbamos a reuniones en otras provincias se hacía fiestas majestuosas, pero cuando se hizo una en Bariloche hubo enojos porque se sirvió mortadela. Así era él, ahorrativo con los recursos de Lotería", dijo.