ALLEN (AA).- Una serie de promesas destinadas a trabajar en materia de seguridad -y efectuadas hace algunos meses atrás por autoridades locales y provinciales - quedaron en la nada.
A principios de junio, el intendente Graciano Bracalente junto al secretario de Seguridad de la provincia, Marcial Peralta, y el jefe de la policía de Río Negro, Víctor Cufré, anunciaron la llegada a Allen de tres vehículos oficiales usados, que iban a ser destinados a las dependencias policiales locales para reforzar constantes tareas de patrullaje de las brigadas de investigaciones.
Poco tiempo después, los autos llegaron a la comuna y fueron depositados en el corralón municipal, pero hasta el momento nadie dio la orden de ponerlos al servicio de las comisarías. Los tres vehículos estuvieron inmovilizados por más de tres meses en esa dependencia municipal.
Ayer, y casi de manera sorprendente, trascendió que dos de los autos - un Volkswagen Gol y un Senda - serán utilizados por las áreas de tránsito y Comercio de la municipalidad. Las brigadas de investigaciones allenses deberán esperar una nueva promesa para contar con automóviles propios.
Los tres vehículos usados arribaron a Allen desde el Ministerio provincial de Hacienda y aún no se conoce por qué no fueron afectados a la policía, tal como se había anunciado. En el corralón municipal sólo queda un Renault Mégane que está en desuso y estacionado a la intemperie.
No se sabe si en este caso hubo contraorden y de ser así, quién la dio para que los vehículos tan necesitados por la policía tuvieran otro destino.
Computadoras inservibles
A mediados de julio - y en medio de un promocionado plan para ayudar a las fuerzas policiales - las mismas autoridades locales entregaron a las comisarías Sexta y 33 dos PC y un pobre gabinete de criminalística que carecía de elementos fundamentales para desarrollar las tareas investigativas.
Las PC, que eran usadas y provenían de Viedma, sólo sirvieron para la foto en el acto de entrega.
La maquinas eran obsoletas y según indicó una fuente cercana al consejo local de seguridad, duraron menos de dos días en las comisarías.
Tuvieron que ser retiradas porque no servían ni siquiera para tipear textos. Fueron retiradas, aunque nunca repuestas.