BUENOS AIRES (DyN) - Una pericia realizada en Uruguay determinaría con un alto grado de certeza que restos humanos encontrados a fines de 2005 podrían ser de María Claudia García Irureta-Goyena de Gelman, la joven nuera del poeta Juan Gelman que se encuentra desaparecida desde la última dictadura militar, según se supo ayer.
No obstante, José Luis González, el abogado de Macarena Gelman, la hija de María Claudia y nieta del poeta, pidió cautela hasta esperar "las confirmaciones científicas que pasan a través del examen de ADN". Según reportó la agencia AFP citando fuentes del diario uruguayo El Observador, habría un 90 por ciento de probabilidad de que uno de los cráneos hallados pertenezca a la nuera del poeta.
"Hasta tanto no tengamos la comprobación científica, todo lo demás son suposiciones", agregó el letrado. Y dijo que si el juez lo determina, Macarena accederá a realizarse un examen de ADN para corroborar si los restos encontrados en un cementerio del norte de Uruguay pertenecen a su madre.
La pericia está siendo realizada por el antropólogo del Instituto Técnico Forense Horacio Solla y el resultado ya se encuentra en manos del juez Pedro Salazar. Solla identificó a varias otras víctimas de la dictaduras latinoamericanas de los años 70/80.
Las piezas óseas que se cree que podrían ser de la hija política de Gelman fueron encontradas en el cementerio de Vichadero, a 500 kilómetros al norte de Montevideo. El diario dice que el forense comparó el cráneo y las fotografías de García Irureta-Goyena para concluir que habría un altísimo porcentaje de probabilidad sobre la pertenencia de los restos.
Marcelo Gelman, que tenía 20 años -hijo del poeta- y María Claudia, de 19, se habían casado en julio de 1976 y fueron secuestrados en agosto de ese año, cuando ella tenía siete meses de embarazo. Ambos fueron llevados a la cárcel clandestina "Automotores Orletti", centro de operaciones argentino-uruguayo del operativo continental de represión bautizado "Plan Cóndor" en Buenos Aires.
A Marcelo lo ejecutaron de un balazo en la nuca y lo sepultaron como NN en el cementerio del partido bonaerense de San Fernando, según pudo saberse en 1989. Su cuerpo fue escondido dentro de un tambor de 200 litros relleno de cemento y arena. A su mujer, en tanto, la llevaron ilegalmente a Montevideo en octubre de 1976, donde fue recluida junto a otros uruguayos en la sede del Servicio de Información y Defensa del Ejército. Para dar a luz la trasladaron al Hospital Militar de las Fuerzas Armadas uruguayas, donde pudo amamantar durante unos días a su hija. Después la sacaron, la llevaron a un centro clandestino del Ejército conocido como Valparaíso y allí la mataron. La beba fue entregada ilegalmente a una pareja vinculada a la policía, que la anotó como propia, pero finalmente en el año 2000 el poeta pudo reencontrarse con su nieta, que vive en Uruguay.