Si algo hay de cierto en el tenis mundial, es que poco puede hacer un adversario cuando del otro lado de la red se para, con gesto desafiante, David Nalbandian motivado. El cordobés demostró ayer que sigue siendo uno de los mejores del planeta y el número 1 de la Argentina, y lo hizo con una exquisita y agresiva exhibición ante JM del Potro. Ahora, en la final de Basilea (a las 11:30 de hoy) enfrentará nada menos que a Roger Federer, el mimado de allí.
El doble 6-4 no refleja lo que sucedió en la cancha, porque en realidad Nalbandian mandó durante todo el partido ante un "Delpo" agotado y dolorido, con un dedo gordo casi destrozado y el físico mermado por la seguidilla de partidos. Igual, a no confundirse: el tenis que demostró el cordobés no habría podido ser desactivado por el mejor Juan Martín, porque sus filosas devoluciones y sus reveses a dos manos con ángulos perfectos estuvieron a la altura de triunfos épicos ante los mismísimos Federer (Shanghai ´05, Madrid y París ´07) y Rafael Nadal (también en la capital española, en el 2007).
El partido comenzó mejor para "Delpo", que quebró en el segundo ame y se puso rápido 2-0. Pero David, con inteligencia y coraje, dio vuelta las cosas, robó dos veces el saque ajeno y puso al muchacho de 20 años al borde de un precipicio anímico. En el segundo el cordobés no mermó en su rendimiento y cerró el partido con un par de perlas magníficas, dignas de un fantástico jugador (tiró un dropshot increíble en punto para quiebre del tandilense).
Ahora buscará su segunda corona en Basilea (ganó en el 2002) ante Federer, que venció casi sin sudar al español Feliciano López por 6-3 y 6-2.
David se tomó revancha y sigue siendo la mejor raqueta argentina en el ranking de ATP. El pibe, cansado pero fuerte, se ilusiona con Shanghai.