Roca.- La muestra de pinturas y dibujos de los jóvenes artistas, Ivana Alan y Gustavo Cabrera lleva por título: "Una cita con Alicia" aludiendo al mítico personaje de "Alicia en el país de las maravillas", de Lewis Carroll, y puede visitarse en el resto bar de La Pampa 1576.
A través de los más variados recursos que van de la pintura con acrílicos al collage de medios digitalizados, los artistas reivindican a Alicia, pues a su juicio este personaje celebra la imaginación y la visión del mundo que proveen los niños, desprovista de toda instancia de domesticación. La mirada de Alicia, es una mirada que contradice al sentido común, y aprehende lo inverosímil.
De acuerdo con esta perspectiva es condición establecer lazos con un destinatario, imaginado o real, que entre en el juego desplegado; es el destinatario quien confiere sentido, quien pone en funcionamiento el dispositivo estético construido.
Al mirar los cuadros que integran la muestra, no sólo se repara en la experiencia en otros que generan las obras, sino en la que han tenido los artistas también intérpretes de otros textos, también jugadores de otros juegos. En efecto, las obras explicitan lazos, apropiaciones, homenajes; Alicia en el país de las maravillas, las pinceladas de Vincent Van Gogh, los mecanismos disruptivos y antimiméticos de representación propuestos por el pintor René Magritte, son algunos de los artefactos apropiados por los artistas que materializan la presencia intertextual en las obras.
La intertextualidad es un recurso utilizado por diversas disciplinas para dar cuenta de las vinculaciones de las obras con otras obras, con técnicas y procedimientos que son aplicados desde estrategias de diversa intensidad, desde las más literales citas a las más herejes apropiaciones del caso ´aludido´.
En el arte contemporáneo, esta segunda forma de intertextualidad -que por su relación con el caso citado plantea una apropiación crítica- es un medio muy utilizado que pone de manifiesto la absoluta libertad del arte actual para el trabajo de referencia y alusión donde casi existe una suerte de profanación de la obra apropiada, precisamente para lograr que la obra que surgió pueda no sólo tener identidad propia sino también para constatar que el mejor homenaje no es aquel que reproduce literalmente al maestro sino el que logra a través de medios propios materializarse en un legado.
Así, en la obra de Ivana Alan donde está presente el color, el homenaje a Van Gogh lo encontramos en la pincelada, pero la apropiación llega aún más lejos y transmite esa vibración de color del célebre pintor pero con una paleta propia, pues de lo que se trata es de trasmitir el mensaje pero con otros medios.
En directa vinculación con la idea de referencia, ambos artistas problematizan una dupla legendaria en el arte que es la del original y la copia. Alan propone una serie de arte impreso, con imágenes digitales que tienen escaneadas obras de Van Gogh, textos e ilustraciones de Alicia en el país de las maravillas, e incluso dibujos de la artista. El resultado: un collage de imágenes que discute con el estatus de la obra original.
En sus pinturas, Gustavo Cabrera también discute con el entrelazamiento original- copia pero procura denunciar el monopolio correspondentista que el realismo imponía en la representación, donde el arte era una imitación de la realidad y por lo tanto algo que se alejaba del verdadero ser, de la verdadera esencia. Cabrera afirma que a través de su obra celebra el hecho de que el arte contemporáneo es noble en cuanto se muestra como el artefacto que es: no intenta convencer al espectador de una pseudo - realidad a través de la verosimilitud de la representación, sino que presenta un juego de elementos plásticos dispuestos de modo tal que requiere de la complicidad del espectador para adquirir sentido. El espectador es engañado de modo consciente, es cómplice de su participación en el ´juego del arte´.
El artista se apropia no sólo de las estrategias formales de Magritte de recusación de lo obvio, sino que manifiesta que no es intención del arte comunicar, tampoco decorar sino sacudir al espectador, promover experiencias en un tercero, dejarlo pensando.
Cabrera destaca que en sus dibujos: "Esto no es una cita" y "¿Esto no es una casa?" lo sugerente fue pensar en un destinatario y en eso consiste el juego, en no caer en la obviedad de exponer el objeto, no permitir univocidad en la interpretación sino infinitas miradas, y es claro que quien dispone de mayor información tendrá otra lectura de dichos cuadros e identificará los lazos con la serie de Magritte "La traición de las imágenes", con el célebre cuadro donde hay una representación de una pipa junto a la leyenda "Esto no es una pipa". El artista advierte con razón que la intertextualidad es algo ineludible en la recepción de las obras ya que el público necesariamente tiende puentes con otras obras, con otros capítulos de la historia del arte.
Por ello, los cuadros de la muestra evidencian la centralidad de la experiencia estética de recepción de los cuadros y cómo ésta permite hacer hablar a las obras desde múltiples horizontes, a la vez que destacan lo lúdico, lo maravilloso en la creación y recepción de las mismas. El arte puede a través de las poéticas desplegadas reinventar la realidad, y como señala Ivana Alan, superar la experiencia cotidiana y transformarla.
Es por eso que palabras que niegan representaciones o rehabilitaciones pictóricas de la sabiduría que esconde la ficción de Alicia, son parte de un proceso creativo que busca enaltecer lo lúdico, lo onírico, lo imposible, y se erige bajo la legendaria consigna: "La imaginación al poder".
MARÌA JOSÈ MELENDO
(*) CONICET-UNCo