Sábado 25 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 34 > Policiales y Judiciales
Las tres claves en el crimen de la costanera

VIEDMA (AV).- Huellas dactilares, pericias odorológicas y testimonios. Sobre estos tres ejes se basó la imputación por "homicidio en ocasión de robo" contra Matías Zúñiga de 20 años en relación al asesinato de Adela Volpe, de 76 años.

De acuerdo a esas pruebas el juez penal Pedro Funes interpretó que en el atardecer del 18 de julio pasado el joven habría ingresado presumiblemente sin ejercer fuerza en las cosas a la vivienda que habitaba en la costanera de Viedma la mujer y se habría apoderado ilegítimamente de 1.000 pesos que estaban guardados en un monedero negro que estaba en la cómoda del dormitorio de la mujer en la planta alta de su departamento.

En la ocasión Zúñiga la habría agredido físicamente provocándole heridas cortantes, hematomas y escoriaciones en cara y cuello, heridas contuso-cortantes en la cabeza y una lesión en el cuello presumiblemente con un cuchillo de cocina que le habría ocasionado un shock profundo desencadenando su muerte.

El juez también le dictó la prisión preventiva a Zúiga, fundamentando que existen indicios para inferir que el imputado podría burlar la acción de la justicia u obstaculizar la investigación y el juicio. El abogado defensor Hugo Lapadat adelantó que apelará ante la Cámara Criminal lo dispuesto por el juez.

En la resolución se destacó el trabajo pericial realizado por la división Huellas y Rastros de la Gendarmería Nacional bajo la aplicación de la técnica de cianocrilato que detectó en el vidrio de la cómoda del dormitorio de la mujer una huella dactilar que corresponde a las del imputado, donde se encontraba un monedero negro y vacío donde la mujer solía guardar dinero.

Además los perros "Corbata" y "Mateo" identificaron olores en elementos de la vivienda con la muestra realizada al joven. También se ponderó los señalado por un vecino del joven quien relató que en la noche del crimen lo observó nervioso, asutado y que temblaba. Al consultarle qué le pasaba, Matías le confió "me mandé una cagada... le robé a un viejo en el barrio San Martín, lo agarré de los pelos y le puse un cuchillo en el cogote y le saqué mil pesos. Cuando lo largué me tiró unos tiros y disparé".

También le dijo que habían agarrado a su compañero de San Javier y comentó que había robado un celular pero en otro lado. Sobre el dinero sustraído le dijo que lo había dejado en el campito. La mujer del testigo ratificó que su marido le contó esas manifestaciones de Zúñiga. No obstante el joven negó su participación en el hecho y ese dilogo con el testigo.

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