ROCA (AR).- Un brutal golpe en la cabeza fue el principal motivo que derivó en la muerte del interno Pablo Torres, quien sufrió una descomunal paliza el lunes por la noche luego de intentar fugarse de la cárcel de Roca.
La información surgió luego de la autopsia practicada ayer, donde se determinó que presentaba hematomas en todo el cuerpo producto de las "trompadas y patadas" que recibió de al menos 20 efectivos, según coincidieron en señalar varios de los testigos que observaron la agresión.
Ese fue uno de los datos más significativos que surgió ayer tras la autopsia que se le practicó al cuerpo del muchacho de 28 años, donde se pudo constatar que presentaba además golpes en los brazos, el rostro, la espalda, el tórax y las piernas.
"Son los hematomas con la forma clásica que deja un golpe de puño, un puntinazo o una patada con un borseguí", señaló una fuente consultada ayer por este diario, quien no pudo determinar la cantidad de golpes pero aseguró que se trataban de un número "muy significativo".
Los especialistas no habrían dejado dudas sobre la vinculación de la muerte con un traumatismo de cráneo hallado en el parietal derecho.
Pero a medida que avanzó el trabajo científico, los médicos Ismael Handam y Adolfo Scatena, también habrían determinado que presentaba lesiones internas que también le produjeron un complicado cuadro.
Otro dato que surgió es que la víctima presentaba varios disparos de postas de goma de distinta data.
Evidentemente, algunos eran secuelas de una de las tantas evasiones que Torres había protagonizado en los últimos tiempos, aunque otras son producto de las heridas sufridas el lunes por la noche cuando fue hallado saltando por los techos de las aulas del penal junto a su cómplice, José Yañez.
Después de tres horas los especialistas finalizaron el estudio de los restos de Torres, por lo que finalmente y tal cual lo venían solicitando sus allegados, el juez de Instrucción Rubén Norry autorizó la entrega del cuerpo a sus familiares.
Declaración
Ayer trascendió que de no existir otras diligencias procesales de por medio, los cuatro uniformados detenidos por el crimen de Torres -quien purgaba una pena de 18 años de prisión por el asesinato del comerciante cipoleño Ricardo Suriani- podrían ser trasladados el próximo lunes a prestar declaración frente al juez instructor.
También se supo que al menos uno de ellos ya habría designado al ex juez Guillermo Léskovar Garrigós como su representante legal, mientras que el resto contrató los servicios del abogado Darío Sujonitzky.