NUEVA YORK (DPA) - Durante décadas, los estadounidenses estaban orgullosos de que sus museos, teatros y salas de conciertos vivían sobre todo de las donaciones privadas. Pero en épocas de crisis financiera, el mundo del arte en Estados Unidos corre el riesgo de perder muchas de sus fuentes de financiación.
Las instituciones más pequeñas temen por su supervivencia e incluso las grandes y tradicionales se enfrentan a un futuro incierto. "Sabemos que una tormenta avanza sobre el mar y que tocará tierra. Pero todavía no sabemos qué tan intensa será y cuándo llegará", advirtió el director del Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA), Glenn Lowry, en declaraciones al diario "The New York Times". El MoMA, buque insignia del ámbito artístico en Estados Unidos, dispuso la semana pasada no contratar más gente. Y el presupuesto para este año será recortado en un diez por ciento.
También otras instituciones ordenaron medidas de ahorro. Es que la dependencia del arte del dinero privado es enorme. Sólo en el 2006, los estadounidenses donaron 12.500 millones de dólares a fines artísticos.
El programa público de apoyo al arte "National Endowment for the Arts" vio aumentado este año su presupuesto, tras una dura lucha, a apenas 145 millones de dólares.
En la lista "Forbes" de las diez empresas que más donaban estaban en 2007 tres instituciones bancarias. El colapso de Lehman Brothers fue el golpe más duro hasta ahora. En la lista de proyectos impulsados figuró la retrospectiva de Brice Marden en el MoMA y la exposición de Jackson Pollock "No Limits, Just Edges" en el Museo Guggenheim de Nueva York.
Los efectos reales se verán, según los expertos, con el cambio de año, porque hasta entonces habrán ingresado las donaciones deducibles de impuestos.