Miércoles 22 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 38 > Deportes
El hombre ideal

No hace "lobby" como otros, pero deja trascender que esta vez sí parece dispuesto a aceptar la cuarta oferta que le llega desde la AFA para convertirse el lunes y asumir en enero como nuevo DT de la selección argentina, en lugar de Alfio Basile.

La posible designación de Carlos Bianchi, eso sí, significaría un golpe doble para Diego Maradona, primero porque no será él quien dirija a la selección y, segundo, porque con el "Virrey" no tendrá las puertas del vestuario abiertas para cuando lo desee.

Maradona, es cierto, tiene acaso más derecho que nadie a opinar sobre la selección por todo lo que hizo para ella dentro de la cancha. Si Julio Grondona quiere darle espacio a los campeones de México 86, ¿quién mejor que él entonces?

El problema, tal vez, no es su inexperiencia, como apuntó Jorge Valdano, otro campeón de México, en una entrevista con TyC Sports. ¿Acaso Jurgen Klinsmann no fue DT de Alemania casi sin recorrido previo, como ocurrió también con otros ex grandes jugadores? El problema, en el caso de Maradona, al menos, es que, además de todo eso que hizo dentro de la cancha, también cuenta todo lo que hizo afuera.

La sensación es que Diego precisará aún varios años más de "buena conducta" para garantizar que su retorno a la selección será una solución, no un problema. Que sabrá ocupar su nuevo rol, para ceder el estrellato a Messi, Agüero o quien se lo merezca.

A Maradona, tal vez, lo perjudicó el hecho de haberse apresurado tanto. De aparecer en la TV cuando todavía estaba fresca la renuncia de Basile y de contar por radio Del Plata hasta cómo formaría parte de su cuerpo técnico y su equipo. Ayer mismo, Maradona admitió que Bianchi lidera todas las encuestas, pero dijo que la decisión final será del "capo", como llama ahora a Grondona. César Menotti, de la vieja guardia, fue uno de los pocos que describió con crudeza su dolor por el "lobby" de los autopostulados, una lista que, en rigor, lideró su enemigo eterno, Carlos Bilardo.

El fortalecimiento de la candidatura de Bianchi habla bien de Grondona, confirma tal vez que su famosa muñeca se dobla pero aún no está rota. Sabe que con Bianchi tendrá poca injerencia, exigencias y, tal vez, problemas futuros cuando el contrato con el grupo ruso Renova obligue a jugar un amistoso en Finlandia.

Bianchi, como lo dicen sus seis títulos con Vélez y los nueve con Boca, ganó todo. Pero no pudo, no supo o no quiso adaptarse a otros ambientes, donde no sirvió el título de "Virrey" y fue obligado a revalidar pergaminos, como le ocurrió en sus pasos opacos por Roma y el Atlético de Madrid.

Ahora nos enteramos, vía Riquelme, que su Boca gran campeón de todo en el año 2000 era un plantel acaso tan dividido como el de estos tiempos. Pero nadie se enteró de ello. Parece el hombre ideal para el cargo.

Acaso "bilardista" por algunos planteos muy cautelosos, pero también "menottista" por su respeto al talento individual. Y "bielsista", si cabe el término, porque con él tampoco habrá "cabaret". Se discute adentro del vestuario. Afuera, se juega.

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