NEUQUÉN (AN) - El coronel retirado Horacio Ballester señaló que los centros de detención del Ejército dependen de los destacamentos de Inteligencia y que en la estructura militar éstos son los encargados de marcar los blancos sobre los cuales se realizan los operativos. El ex oficial, actualmente presidente del Centro de Militares por la Democracia Argentina (Cemida), declaró ayer como testigo en el juicio que se le sigue a Luis Farías Barrera, Mario Gómez Arena, Oscar Reinhold, Enrique Olea, Hilarión De la Pas Sosa, Francisco Oviedo, Sergio San Martín y Jorge Molina Ezcurra.
Ante la pregunta Ballester señaló que los responsables de Inteligencia de ninguna manera podían desconocer la existencia de los centros de detención clandestinos que funcionaron en la época de la dictadura militar y que en la lucha antisubversiva a nivel nacional las estructuras de las fuerzas armadas actuaron en forma coordinada.
Señaló que las directivas en la estructura militar son centralizadas, pero comentó que "el general Videla era poco centralizado, delegaba mucho en sus subalternos y los cuerpos de ejército tenían autonomía".
Ballester señaló, ante un pregunta al respecto, que en la lucha antisubversiva el Ejército era, por gravitación, el que tenía mayor gravitación que las otras ramas. "Las policías, Gendarmería nacional, estaban subordinadas al Ejército", señaló.
Sin embargo relató una experiencia sobre la relación de las fuerzas en los operativos de secuestros de personas, para demostrar que no siempre actuaban coordinadamente. "Una noche secuestraron a dos chicas de un departamento frente a mi casa y la policía que actuó, al parecer, no había pedido la liberación de la zona y se agarraron a los tiros con el Ejército, que llegó en pleno operativo", comentó.
Agregó que "los del Ejército eran más y los de la Policía terminaron apuntados a la cabeza. Pero una vez que aclararon los policías se llevaron a las chicas, que después aparecieron entre las víctimas de la voladura de cadáveres de Fátima".
