NEUQUÉN (AN)- La Justicia condenó ayer a 20 años de prisión a Julio Muñoz, Luis Muñoz y César Meneses como autores del asesinato a golpes del empresario Sergio Sánchez Sierra, ocurrido el 8 de febrero pasado en Plottier.

La prueba decisiva en su contra fue la confesión de un detenido que le dijo a la Policía que “habían golpeado a un hombre” y marcó el lugar donde ocultaron el cuerpo.

Los tres condenados tienen, de acuerdo con pericias médicas, retrasos mentales de leves a moderados.

Pero a criterio de los jueces, eso no les impidió comprender la criminalidad del acto.

Otros dos imputados, José Luis Valenzuela (el que confesó) y Mónica Correa, fueron absueltos por falta de acusación fiscal.

La investigación dejó sin respuesta muchos interrogantes, por ejemplo el móvil del crimen (ver aparte).

Los cinco imputados fueron descubiertos la madrugada del 8 de febrero empujando el Chevrolet Monza de Sánchez Sierra (53). En el baúl llevaban una camisa del empresario, que se dedicaba a la venta de ladrillos.

Trasladados a la comisaría, Valenzuela reveló que los otros habían atacado a un hombre. Esa fue la clave para esclarecer el homicidio.

Sánchez Sierra murió producto de los terribles golpes que sufrió en la cabeza. Su cadáver fue envuelto en una media sombra y arrojado a un canal con peso encima. Lo hallaron a la mañana siguiente gracias al aporte deValenzuela.

El fallo, con el voto de Luis Fernández al que adhieren Mario Rodríguez Gómez y Carlos Sierra, señala que no hubo “autoincriminación” de Valenzuela sino “descargo”.

En su parte central afirma la sentencia que los hermanos Muñoz (de 31 y 29 años) y Meneses (22), “con la participación probable de otra u otras personas fueron los autores” de la paliza a Sánchez Sierra, “más allá que no se pueda determinar quién golpeó, o quién infirió heridas con el cuchillo, pero para ser más claro todos agredieron y contribuyeron con su accionar a ocasionar la muerte” de la víctima.

Además ellos tres “se encontraron tanto en el lugar donde Sánchez Sierra fue golpeado, como así fueron quienes arrastraron el cuerpo hasta el sitio donde fuera sumergido en el canal, previo realizar las operaciones de quitarle la ropa, alguno de ellos introducirle la colilla en el canal anal, envolverlo en la media sombra, atarlo a unos objetos pesados y luego arrojarlo al canal con agua”. Las huellas de sus calzados quedaron marcadas en esos sectores.

“Es cierto -admiten los juecesque para arribar a la certeza respecto de la participación de los imputados no se cuenta con pruebas directas, no obstante ellocontamos con indicios y resulta válido el construir la intervención en el hecho de los imputados en base a la prueba indiciaria”.

En cuanto a la premeditación y ensañamiento mencionados por el fiscal Patti, no lo consideraron probado. Por eso los condenaron a 20 años de prisión (Rodríguez Gómez propuso 12 años) por homicidio simple, robo simple y hurto simple (ya que sustrajeron algunos elementos).