Martes 21 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 24 > Internacionales
EE. UU. suma planes para frenar la recesión y suben las bolsas
Bush estudia nuevas medidas para morigerar la "inevitable" caída. Wall Street trepó un 4,6%. Europa y América Latina acompañaron.

WASHINGTON (AP/AFP).- La propuesta de una nueva dosis de estímulo para reanimar la economía del país cobró ímpetu ayer y quizás inyectaría más dinero en los bolsillos de los estadounidenses, lo que sumado al anuncio de nuevas acciones coordinadas de los gobiernos europeos y asiáticos contra la crisis financiera mejoró ayer notablemente el humor de los mercados.

La Bolsa de Nueva York terminó en fuerte alza, estimulada por el desbloqueo del mercado de crédito y un eventual segundo plan de reactivación económica en Estados Unidos: el Dow Jones ganó un 4,67% y el Nasdaq, un 3,43%. En Latinoamérica, la Bolsa de San Pablo se disparó, ganando un 8,36% y México subió un 2,33%, mientras Buenos Aires, por el contrario, cayó un 3,29% por razones internas. (Ver páginas 2 y 3)

El optimismo de la bolsa estadounidense dio confianza a su vez a las plazas de Europa, donde la Bolsa de Londres cerró en fuerte alza de 5,41%, París de 3,56%, Frankfurt de 1,12% y Madrid ganó un 2,99%.

La Casa Blanca informó que el presidente George W. Bush está abierto a cierto tipo de medidas, luego que el jefe de la Reserva Federal, Ben Bernanke, advirtió que los problemas económicos persistirán sin ese estímulo.

En Wall Street los precios de las acciones dieron otro salto después, ya que hubo además algunas señales nuevas de que el crédito comienza a reactivarse.

La economía nacional, que pasaba ya por algunos problemas, se ha cimbrado con tres golpes: las crisis inmobiliaria, crediticia y financiera.

La mayoría de los analistas coincide en que la recesión es inevitable, si no es que ya comenzó, y Washington ha cambiado su enfoque para concentrarse mejor en las preguntas de cuán grave y largo será ese fenómeno, así como en las posibles medidas para limitar sus efectos.

Ha cobrado fuerza la posibilidad de que se realice una sesión especial del Congreso después de las elecciones. Pero el grado de urgencia de esa sesión varía de acuerdo con la persona a la que se le pregunte y cuándo. "Seguimos teniendo conversaciones con los miembros del Congreso y estamos abiertos a ideas que ellos puedan plantear... a fin de estimular la economía y ayudarnos a salir más rápido de este retroceso´´, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Dana Perino, alrededor del mediodía, poco después de que Bernanke habló de la necesidad de una ronda fresca y "significativa´´ de medidas gubernamentales.

Un par de horas después Bush secundó las declaraciones de Perino, pero añadió en un tono más optimista: "He escuchado que el sentir de la gente ha empezado a cambiar luego de un período de fuerte preocupación, yo diría que cercano al pánico, para tornarse en algo más relajado´´.

Si los líderes del Congreso y Bush, quien se ha mostrado escéptico sobre un mayor gasto federal para estimular la economía -ante el déficit presupuestario ya colosal- acordaran un paquete mutuamente aceptable, éste requeriría de una sesión especial después de las elecciones del 4 de noviembre. De no alcanzarse ese acuerdo, quizás el siguiente Congreso y el próximo presidente tomen la posta.

El candidato demócrata Barack Obama ha defendido vehementemente la necesidad de un mayor estímulo gubernamental, mientras que el republicano John McCain se ha mostrado dispuesto a contemplar opciones.

Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes, y sus colegas demócratas están impulsando un paquete que costaría incluso 150.000 millones de dólares. Pero algunos economistas les han advertido recientemente que para lograr el efecto deseado, el total tendría que ser mucho mayor, incluso de 300.000 millones de dólares.

Como parte de ese paquete, los demócratas quieren revivir una medida por 61.000 millones de dólares, aprobada por los representantes, que incluía unos 37.000 millones de dólares en erogaciones para obras públicas, 6.000 millones para ampliar los beneficios a los desempleados, 15.000 millones para ayudar a que los estados paguen sus cuentas del sistema de atención Medicaid y 3.000 millones en bonos de ayuda alimentaria para los pobres.

Los demócratas contemplan también una segunda ronda de reembolsos fiscales, luego de los cheques de entre 600 y 1.200 dólares que la mayoría de los ciudadanos y matrimonios recibieron a comienzos de este año.

Ese dinero, que iría directamente a los consumidores con la esperanza de que lo gasten, elevaría aún más el monto del paquete.

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