Martes 21 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 33 > Policiales y Judiciales
El hombre que murió en un campo se hirió mientras escapaba
El fiscal determinó que faenando un vacuno ajeno. Al escuchar que se acercaba un auto, intentó esconderse

VIEDMA (AV).- Fue una muerte accidental. Las pericias practicadas revelan que Miguel Acosta, de 30 años, murió desangrado luego de caer en un campo llevando en sus manos un arma de fuego y más de un cuchillo. Uno de ellos se le incrustó debajo de la clavícula izquierda provocándole una profunda lesión.

La gran distancia de un centro asistencial y la importante hemorragia se sumaron costándole la vida a este hombre que trabajaba en una importante maderera de Viedma.

El fiscal que investiga el hecho, Ricardo Falca, explicó que en el lugar del hecho se pudo establecer que tanto la víctima como su compañero de trabajo que lo acompañaba, se encontraban en ese campo de Pozo Salado, a unos 100 kilómetros de Viedma con la intención de robar un vacuno que yacía a unos metros muerto de un balazo.

Falca agregó que ruidos de un motor de vehículo que se acercaba por la ruta habría generado que los dos hombres corrieran en direcciones contrarias para evitar ser descubiertos. La víctima eligió huir hacia el interior del campo en un terreno escabroso y con profundos desniveles donde cayó portando el arma de fuego, cuchillos y bolsas que se suponen eran para cargar la carne que planeaban sustraer. En la caída, uno de los filos se habría clavado en el tórax del hombre.

El fiscal destacó que además otras pericias también corroboraron el uso de arma para ultimar el animal, que en el lugar de la caída se encontraban sólo huellas del calzado que llevaba la víctima y que es allí donde comienzan los rastros de sangre hasta llegar a la ruta.

Complementada estas pruebas con el informe de autopsia que señaló que la herida que presentaba la víctima de arriba hacia abajo y en dirección sesgada era difícil interpretar que hubiese sido propinada por otra persona, se concluyó en que la grave lesión fue propinada en forma accidental y en la caída del hombre. No obstante se sigue trabajando en otras pericias.

La abundante hemorragia sufrida le habría ocasionado en pocos minutos problemas respiratorios y finalmente la muerte antes que pudieran llegar al hospital.

De acuerdo a la composición de los hechos que se pudo realizar, Falca detalló que la esposa de la víctima manejaba el 147 en el que se trasladaban y que se quedó en el vehículo actuando como lo que comúnmente se denomina "campana", mientras que el otro hombre colaboraba en la tarea de faenamiento.

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