Las últimas palabras del DT de River Diego Simeone, en la retrasada conferencia posterior al superclásico, sonaron a prólogo de despedida. Agradeció a los dirigentes estar en el club y anunció que dejará la última gota de sudor para levantar al equipo, doliente por el "lugar donde está", el último en puntos, con una sola victoria, ante Central, con el que comparte la posición de cola.

Aún cuando no suelen anunciarse renuncias, una eliminación de la Copa no dejaría margen a Simeone para la continuidad, más allá de las insistentes afirmaciones de la dirigencia que encabeza José María Aguilar, de firmar extensión de contrato con el actual conductor técnico.

Recibido el golpe más doloroso de perder el superclásico, en casa y con supremacía de jugadores en campo, River y el ´Cholo comenzaron a encarar el objetivo Chivas, que permitirá al equipo aliviar el peso del peor arranque en un torneo local de la historia y al entrenador mantenerse en su cargo.

Un pasaje a las semis de la Copa Sudamericana abrirá también, de darse resultados ajenos, un nuevo choque con Boca, una eventual revancha que de concretarse podría permitir pasar de un salto del infierno al cielo, pero también el certificado de defunción del vínculo River-Simeone.

Pero mientras los dirigentes dicen querer renovar con el Cholo, comenzaron los trascendidos en el seno de River sobre eventuales reemplazantes, y el que más suena es el ´Tolo´ Gallego y en segundo lugar Ramón Díaz, pese a que Aguilar no quiere saber nada con el riojano.

El ´Millo´ deberá escribir mañana el primer capítulo de esta serie de la Sudamericana, que marcará si River tiene algo de futuro en lo que queda del año.