El plan comunicacional puesto en marcha por la CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras) carece de la interpretación fundamental de la problemática minera: no contempla en ningún momento la obtención de la licencia social, imprescindible para la concreción de cualquier emprendimiento minero en el ámbito nacional.
Si lo que se pretende es poner en conocimiento de la población la actividad minera, los beneficios socioeconómicos y su control ambiental, debe estar preparada para dar respuestas a las objeciones de distintos actores sociales que la cuestionan por diversos motivos. Comunicar y no tener la posibilidad de responder cuestionamientos y consensuar resultará una tarea no muy sencilla. Seguramente no alcanzará una hora de programa por televisión nacional (con un día y horario extremadamente complicado), con una audiencia que se estima irrelevante.
Uno se preguntará adónde se debe dirigir esta comunicación, ¿a Buenos Aires o a las regiones con emprendimientos mineros? ¿No sería oportuno contratar canales del interior e informar regionalmente y propiciar debates para escuchar las objeciones de la comunidad y los actores sociales de modo de poder interpretar y mediar entre los requerimientos y la problemática propia de las localidades?
La CAEM se juega por ganar la guerra comunicacional y no por librar batallas locales donde existen realidades propias con cuestionamientos muchas veces válidos.
Hacer conocer la actividad minera es una cosa; trabajar y proponer para solucionar conflictos, otra. La Secretaría de Minería debería tener una política más agresiva en la defensa de la minería nacional y a la CAEM le correspondería el rol de defender sus intereses sectoriales. Por lo tanto, supongo que el esfuerzo de la CAEM debería orientarse a apoyar los planes comunicacionales de las empresas en su región, aunque vale decir que muy pocas empresas tienen algún tipo de plan comunicacional regional referido a sus proyectos. Si las empresas no avanzan en la obtención de la licencia social en el área de sus proyectos poco aportará el plan comunicacional implementado. No puede la CAEM enunciar planes comunicacionales mientras que sus socios carecen de los mismos y en muchos casos no pueden manejar sus propias relaciones comunitarias y resolver sus propios conflictos, lo que seguramente este plan tampoco podrá hacer.
Éste es un plan trazado en Buenos Aires y ajeno a la realidad minera del interior del país.
Hay que ir a informar a las zonas de conflicto, "escuchar" los cuestionamientos y a partir de ello dar respuestas y generar el debate local para que a través de la mediación se vaya logrando un acercamiento entre las partes: ésta es la única manera de resolver y consensuar.
La minería es nueva en el país y no está preparada ni tiene gimnasia en la resolución de conflictos. Por otro lado, como ya lo expresara en varias oportunidades, el autismo de las empresas no puede menos que llevar a la CAEM a realizar y/o tomar decisiones sobre la base de un diagnóstico no lo suficientemente claro. Una cosa es comunicar desde Buenos Aires y otra hacerlo desde el interior, a través de talleres de comunicadores que participen interpretando la realidad local en los cuestionamientos y el debate minero pendiente entre las empresas y la comunidad para la obtención de la licencia social. Sin licencia social no hay proyecto posible, ni minero ni de ninguna otra clase, si la comunidad no lo aprueba. El plan comunicacional de la CAEM suma, pero no alcanza.
(*) Perito minero.
vmarino07@gmail.com