Néstor Kirchner no lo hubiese hecho mejor. Los dos dirigentes más emblemáticos de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi y Alfredo De Angeli, están hoy más distanciados que nunca y al borde de la ruptura, contaron fuentes de ambos lados. Tienen demasiadas diferencias de criterio respecto a cómo conducir a las "bases" rurales, y se recelan el protagonismo mediático e incluso el liderazgo de su movimiento.

Buzzi, el presidente de la FAA, considera que De Angeli se volvió un "extremista" en sus modos, una actitud que considera negativa para esta nueva etapa de disputas y reclamos entre el sector agrario y el Gobierno. Aunque jamás lo va a admitir en público, Buzzi lo acusa de ser el culpable de haber impulsado demasiado el último paro, que no tuvo el efecto buscado ni el apoyo de las ciudades ni los medios: "No era el momento para tensar la cuerda pero él insistió en endurecer su posición frente a los productores autoconvocados", se quejan los "buzzistas".

En el entorno del titular de las FAA admiten que la relación entre su jefe y De Angeli se enfrió: "Con Alfredo no vamos a pelearnos en público, sería darle el gusto al Gobierno. Tenemos una relación cordial, pero está claro que se terminó el amor", describió un dirigente cercano a Buzzi. Cuando el ruralista habla del fin del "amor", se refiere a que en durante el primer conflicto agrario Buzzi y De Angeli eran inseperables: se veían o hablaban por teléfono casi todos los días. Eso se terminó.

El entorno de De Angeli, mientras tanto, tampoco se calla sus críticas hacia Buzzi. Sus reclamos son un calco pero en sentido contrario de lo que piensa el presidente de FAA sobre el dirigente entrerriano. De Angeli está convencido de que Buzzi se "aburguesó": cree que perdió legitimidad interna en la Federación Agraria, ya que la mayoría de las bases insisten con seguir la lucha mientras que él se muestra dialoguista. "No se entiende como Eduardo abandonó la lucha -se quejan en el entorno del entrerriano-. La Mesa ya no representa lo que piensan los autoconvocados: están demasiado indulgente con el Gobierno".

A De Angeli le cayó pésimo que el presidente de la Rural, Hubo Biolcatti, haya celebrado uno de los últimos anuncios que hizo Cristina Kirchner para los productores agropecuarios afectados por la sequía: "Me gustaron los conceptos de la Presidenta, las medidas son un paso en el sentido correcto", había dicho. El dirigente entrerriano cree que la posición de la Mesa de Enlace tiene que seguir siendo combativa y acusa a Buzzi de no tomar las riendas de la lucha: "Tenemos que volver a contestarle duro a cada acusación que nos hacen desde el Gobierno", repite en la intimidad. Buzzi enfrenta varios conflictos internos, ya que esta semana la FAA debió salir a contestar los dichos del vice de CRA, Nestor Roulet, que había elogiado a las Fuerzas Armadas. Además de las internas con De Angeli, la Mesa de Enlace sufre un evidente desgaste entre sus miembros: "Sería un disparate que se rompa", intentó calmar Buzzi. A pesar de que tanto De Angeli como Buzzi son conscientes de que la interna entre ellos genera un fuerte costo para la Federación Agraria, los chispazos no se detienen.

El dirigente entrerriano enfrenta un dilema personal: no sólo él está en desacuerdo con muchas de las prácticas su jefe político, sino que cada vez más miembros de su entorno y de la dirigencia provincial lo acusa por no haberle "marcado la cancha" a Buzzi en las últimas elecciones de la FAA: a pesar del "clamor" de sus allegados, De Angeli prefirió no presentarse en los comicios y dejó que Buzzi sea reelecto.

Los ruralistas de Entre Ríos esperan ahora poder hacer todos los reclamos al titular de la FAA cara a cara: el miércoles, Buzzi hará una presentación ante un consejo de delegados de la provincia, todos alineados con su enemigo interno, Alfredo "El melli" De Angeli.

NICOLÁS WIÑAZKI