Lunes 20 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 28 > Cultura y Espectaculos
EN CLAVE DE Y: ¿La máquina de Dios?
POR: MARÍA EMILIA SALTO (bebasalto@hotmail.com)

Ricardo Piegaia, científico argentino integrante de la misión LHC (el acelerador de partículas que comenzó a funcionar en setiembre) lo define bárbaro: "Yo creo que si se la hubiera llamado ´colisionador de hadrones´, a secas, a la gente no le habría llamado tanto la atención. La partícula de Dios se llamó a la partícula que se intenta buscar, pero creo que la gente no entiende del todo?". Tiene usted razón, don Ricardo. No sólo no entendemos del todo; personalmente, no entiendo nada. Pero puedo reconocer un buen marketing cuando lo veo: al que le puso "partícula de Dios" y a la máquina que la busca, "la máquina de Dios", deberían pagarle un plus. La arrogancia también debe cotizarse. Es más, estoy convencida de que en la jerga de los y las participantes del experimento, dicen la máquina Dios, o, directamente, Dios. No sería la primera vez que el hombre intenta ser el dueño de la creación; del acto creador, me refiero.

"Y, hecho de consonantes y vocales, / habrá un terrible Nombre, que la esencia/ cifre de Dios y que la Omnipotencia / guarde en letras y sílabas cabales? Sediento de saber lo que Dios sabe/ Judá León se dio a permutaciones/ de letras y a complejas variaciones/ y al fin pronunció el Nombre que es la clave? sobre un muñeco que con torpes manos/labró, para enseñarle los arcanos / de las Letras, del Tiempo y del Espacio?.".

El mundo científico se estremeció y el otro, el suyo y el mío, también. Dicen que el artilugio de 27 kilómetros de largo y energía inconmensurable -tal como, suponen, originó el Universo - podría producir un agujero negro u otras catástrofes planetarias. Cómo será el asunto que una adolescente india, Chayya, de 16 años, se suicidó tomando pesticidas porque se venía el fin del mundo.

¡Ah, qué suerte que, en mis pruebas de Física del secundario, tenía que representar un sistema tipo solar, con un núcleo positivo -protones - y un montón de órbitas con electrones! No envidio a los pibes del siglo XXI, que van a tener que entender (¿?) fermiones, fotones, quarks, bosones, y eso que pasé de largo la física cuántica inicial, con los universos múltiples y los agujeros de gusano (¡!)

Bien; meterse en Google y atisbar el misterio del LHC es fascinante. Para empezar, ¿por qué partícula divina? Porque no se demostró su existencia. Su descubridor, el físico británico Peter Higgs, la dedujo en 1964. Ahora tenemos un problema, o varios: el 20 de setiembre pasado, 10 días después de invocar el nombre de Dios, debió parar el HCL, y no seré yo quien arriesgue por qué. Fuga de helio, dicen. No hay problema, se repara, dicen. Le diré algo: estoy contenta de vivir en la Patagonia y no en la frontera franco-suiza. Aunque? agujero negro, lunes negro, martes negro, semana negra, colapso financiero? ¡mmmmm! ¿Y si el experimento tocó donde más duele, es decir, en el dinero?

"El simulacro alzó los soñolientos /párpados y vio formas y colores /que no entendió / y ensayó temerosos movimientos? El rabí le explicaba el universo / éste es mi pie; esto el tuyo; esto la soga/ y logró, al cabo de años, que el perverso/ barriera bien o mal la sinagoga".

Stephen Hawking, otro del top ten científico, apostó 100 dólares a que no van a encontrar la partícula divina, porque "la física se haría poco interesante sin esa incógnita". Vamos, Stephen, arriesgue un poco más, lo suyo no trasmite mucha convicción.

"El rabí lo miraba con ternura / y con algún horror? En la hora de angustia y de luz vaga / en su Golem los ojos detenía. / ¿Quién nos dirá las cosas que sentía / Dios al mirar a su rabino en Praga?". Léalo completo, por favor? es "El Golem", de J.L. Borges.

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