En otra jornada contra los ex militares que actuaron en el centro de detención clandestino "La Escuelita" acusados por delitos de lesa humanidad, la declaración de retirados de la policía provincial develó el modo en que el Ejército definía los nombres de las personas secuestradas.
Así lo aseguró el comisario general (re) Emilio Rosar, quien participó de al menos dos de las reuniones de lo que se denominó como la "comunidad informativa" en el esquema de represión durante el gobierno de facto.
La declaración ante los jueces resultó fundamental en la primera jornada de la reanudación del juicio, debido a que puso en evidencia la responsabilidad del ex jefe de destacamento 182 de Inteligencia, el teniente coronel (re) Mario Gómez Arenas, y de los oficiales y suboficiales bajo su mando que están enjuiciados en este proceso por 17 casos de detenidos desaparecidos, como Jorge Eduardo Molina Ezcurra, Adolfo San Martín y Francisco Julio Oviedo.
Según el relato, los secuestros y detenciones de militantes, estudiantes y gremialistas se decidían mensualmente en reuniones que se hacían en el destacamento de Inteligencia del Ejército o en el Comando.
Rosar dijo que su función era ser el "nexo" de inteligencia de la policía de la provincia con las otras fuerzas que se ocupaban de hacer "inteligencia" en la población civil. Especificó que en el destacamento, "el nexo (con otras fuerzas) era Jorge Di Pasquale (prófugo de la Justicia desde 2006), y el jefe era Gómez Arenas" dijo.
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Fuente: Agencias Centenario y Neuquén.