Domingo 19 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 37 > Sociedad
Esperanza de que el cambio se empiece a notar
Los serranos esgrimen su enorme fuerza de voluntad y hacen frente a la desaceleración.

SIERRA GRANDE - En Sierra Grande la fuerza de voluntad no tiene límites, la gente trata de ajustarse al nuevo escenario que nació con la apertura de la mina de hierro, pero con la visión puesta en el futuro, lo que permite no quedarse con lo que hay y nada más.

Es innegable que en los últimos dos años la localidad serrana creció demográficamente. Ya se superan ampliamente los 10.000 habitantes, hay nuevos vecinos, pero más riesgos, como el imparable crecimiento de la oferta de productos y servicios para una demanda que parece haber quedado estancada y eso hace crujir todos los días el comercio local.

Hay nuevos puestos de trabajo y más comercios pero el circulante es pobre. Hasta el municipio siente los efectos de una crisis que golpea lento y se ve en los números de la recaudación de tasas.

Evidentemente la situación nacional y el incremento de los precios repercutió en el bolsillo del habitante común. Sin ir más lejos, la obra privada en Playas Doradas se desmoronó en el último semestre. No obstante, con la llegada de alternativas económicas productivas y posibles inversiones el panorama es amplio y hasta alentador, pero habrá que seguir esperando.

En este siglo los habitantes creen que no todo está supeditado a lo que pase bajo los túneles de la mina de hierro, la gente ya no se queda a esperar si le va bien o no a la empresa china MCC Minera Sierra Grande, que explota el yacimiento ferrífero.

Si algo dejó el cierre de la empresa minera en los 90 (ex Hipasam) -que devastó a los serranos - fue la capacidad de crear, inventar e invertir en lo que realmente puede dar frutos, sin depender como antes de lo que pase con el gigante de hierro.

Por eso las obras en Playas Doradas, la actividad productiva y por qué no la comercial, permite que muchos sigan adelante, eso sí, con sudor y soportando los coletazos de la crisis económica que atraviesa la ciudad.

En la villa balnearia el crecimiento es lento pero auspicioso, la cooperativa Coopesal trabaja en procura de acompañar el desarrollo de un lugar que aun se mantiene intacto en lo natural. Jorge Perera y José Pezzano, miembros de esa entidad, sostienen que hacen falta obras de infraestructura como cloacas y gas para que el crecimiento sea sostenido.

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