NEUQUEN (AN/ACE) - Uno de los únicos recuerdos de sociego que tiene Gladys Sepúlveda de su secuestro en el centro clandestino "La Escuelita", en Bahía Blanca, fue la voz dulce y entonada de Alicia Pifarré cuando a las compañeras de prisión les cantó "Camino de Til Til".

Fue una caricia para el alma en medio del terror, de la oscuridad de la venda en los ojos y el cuerpo malherido. "Ella cantaba, y muy lindo. Después de una sesión de tortura, me llevaron a los camastros y ahí escuché su voz, si mal no recuerdo estaba debajo de mi cucheta. Fue un día en el que algún carcelero, de esos que se hacían los buenos con nosotros, la dejó cantar; no fue para denigrarla, sino porque se quería hacer el bueno", dijo Gladys.

Agregó que "cantó la cueca de Manuel Rodríguez, el Camino a Til Til (de Manuel Picón), y al carcelero no le gustó mucho, porque después se puso a cantar La Pájara Pinta; pero en medio de todo lo que nos pasaba, a nosotros nos encantó".

Recordó que Alicia cantó algo más y que cree que eran letras de María Elena Walsh. Al margen de ello señaló que cada vez que escuchaba el Camino de Til Til, me acordaba de ella".