SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Santiago Calabrese, quien se desempeñaba como instructor de internos en las alcaidías de Viedma y Bariloche, y fuera baleado el 13 de noviembre de 2006, se encuentra en franca mejoría, pero reclama asistencia para poder recuperar su movilidad, que actualmente es limitada. En particular se quejó por la falta de respuestas de la entidad para la cual trabajaba, la cooperativa FAT (Fondo Ayuda Toxicológica).
Calabrese tenía a cargo los talleres de carpintería que el FAT había instalado en el barrio Virgen Misionera, para enseñar un oficio a los jóvenes del lugar, muchos de bajos recurso. Asimismo, había logrado crear un programa de enseñanza de oficios en las alcaidías de esta ciudad y Viedma, donde los internos de autodisciplina y buena conducta comenzaban a cursar distintos programas de estudio y a trabajar en talleres de carpintería, herrería, electricidad y reparación de artefactos de gas, entre otras tareas.
El programa preveía capacitación laboral y la creación de unidades de producción comercial, para que los internos comiencen a tener ingresos y puedan ganarse la vida en forma honrada. A los que no tenían trabajo cuando recuperaban la libertad la cooperativa FAT los invitaba a sumarse a sus talleres.
Calabrese fue baleado de cinco disparos, desde muy corta distancia, en el barrio Virgen Misionera, frente a una despensa, en un confuso episodio, que investiga la Justicia. Afirma que necesita terminar el tratamiento de recuperación y para ello reclamará ante el FAT asistencia y ayuda económica, ya que aduce que la agresión fue consecuencia de su trabajo.
