| La Conferencia Episcopal Española (CEE) emitió ayer un comunicado en el que muestra su rechazo a la técnica utilizada por un hospital público sevillano que permitió el nacimiento de un bebé libre de una grave enfermedad hereditaria que padece su hermano y con el que es compatible, tras ser seleccionado genéticamente. La sangre de su cordón umbilical servirá para realizar el trasplante que necesita su hermano para superar una anemia congénita severa. La información del diario "El País" reseña que la Iglesia critica que se haya puesto el acento "en la feliz noticia del alumbramiento y en la posibilidad de la curación de la enfermedad de su hermano" y se hayan silenciado las "implicaciones morales" de este procedimiento. Los obispos denuncian "el hecho dramático de la eliminación de los embriones enfermos y eventualmente aquellos que, estando sanos, no eran compatibles genéticamente". A su juicio, en este caso, "el nacimiento de una persona humana ha venido acompañado de la destrucción de otras, sus propios hermanos, a los que se les ha privado del derecho a nacer han sido desechados por no ser útiles desde la perspectiva técnica", prosigue el comunicado, que añade que el bebé, que nació el pasado domingo, "ha sido escogido por ser el más útil para una posible curación", por lo que "se ha conculcado de esta manera su derecho a ser amado como un fin en sí mismo y a no ser tratado como medio instrumental de utilidad técnica". El mencionado bebé, que se llama Javier, nació con la esperanza de poder dar a su hermano Andrés, de 6 años y afectado de beta-talasemia mayor, una oportunidad para seguir con vida. | |