El Día de la Lealtad peronista, paradójicamente, encontró al PJ después de varios años de absoluta hegemonía kirchnerista ante el surgimiento de un creciente sector que cuestiona a la conducción.
Desde que el matrimonio Kirchner logró fagocitar al duhaldismo, consiguió manejar al partido a través de un verticalismo sin grietas. Tanto Cristina Fernández en territorio bonaerense como Néstor Kirchner en Entre Ríos, enviaron un mensaje conciliador hacia los "que piensan distinto" en el peronismo.
"No podemos guardar rencores con nadie", graficó el santacruceño. Saben, que la hegemonía ya no es tal. Pero también coincidieron en apuntar hacia Julio Cobos, a quien vincularon con la deslealtad.
Utilizando el contraejemplo del vicepresidente, Cristina Fernández le habló a aquéllos que empiezan a cuestionar el estilo K: "Existe lealtad de los dirigentes cuando no traicionan al voto popular y defienden el proyecto por el cual han sido votados", dijo.
Kirchner, por su parte, mencionó la "deslealtad que sufre Cristina" por parte de su vicepresidente.
Sin embargo, el conflicto con el campo primero, y después los efectos de la crisis internacional, despertaron en muchos dirigentes peronistas su "espíritu crítico".