BUENOS AIRES (Télam).- El baño de damas del boliche Cromañón estaba "lleno de bebés y parecía un jardín de infantes" la noche que actuó el grupo Callejeros y se produjo el incendio que provocó 194 muertes, aseguró ayer una sobreviviente del siniestro.
Al declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal 24, la testigo Jeanela (26) sostuvo que en los sanitarios, ubicados en el primer piso, había "muchos" lactantes que sus madres dejaban al cuidado de "una chica" para poder presenciar el show.
"Acá te los cuidan", recordó la joven que le dijo una mujer que se encontraba en el baño, luego de que a ella le llamara la atención "la gran cantidad de chiquitos que había".
Con su testimonio, Jeanela avaló la versión de que en el baño de damas de Cromañón funcionaba una guardería, pero los familiares de las víctimas aseguran que no existía y que los niños fallecidos eran en su mayoría hijos de empleados del boliche.
Más allá de lo que ocurriera en el boliche, la lista oficial de 194 muertos en Cromañón incluye a 13 chicos menores de 12 años, la más pequeña de sólo diez meses.
En la vigésimo quinta jornada de audiencias del proceso, la joven dijo desconocer la presunta rivalidad entre dos grupos de seguidores de la banda, "La familia piojosa" y "El fondo no fisura", quienes según el principal imputado, Omar Chabán, originaron el incendio en medio de una disputa.
Al respecto, la chica dijo que esa noche vio a un chico "de alrededor de 14 ó 15 años" que llevaba una "bengala roja" y estaba "sobre los hombros" de otro joven y que esa pirotecnia alcanzó una bandera que se prendió fuego y, al rato, "comenzaron a caer pedazos quemados de plástico negro" del techo del local.
Esa versión del incendio ya fue brindada por numerosos testigos en el debate, pero ninguno pudo aportar algún dato relevante para lograr la identificación del joven.
"Nunca pensé que se iba a prender fuego todo tan rápido", afirmó Jeanela, quien recordó que, pese a que la semana anterior al recital había intentado adquirir entradas y le habían dicho que "estaban agotadas", pudo hacerlo esa misma tarde. "O se pusieron más a la venta o no sé", dijo la joven ante el tribunal.
La testigo recordó que cuando arribó al local, "había bastante descontrol" en el sitio destinado a los varones, donde "ya se habían agarrado a trompadas", aunque aclaró que en el sector de mujeres el acceso "era fluido" pese a que había "dos cuadras de cola".
Por su parte, otro sobreviviente, Guillermo (30), aseguró que en los dos recitales previos al del 30 de diciembre, el sindicado jefe de seguridad del local, Raúl Villarreal, lo dejó pasar a él y sus amigos gratis: "Si él te decía que te dejen pasar, pasabas", señaló el joven.