La nueva era de la selección brasileña, comandada por el recio ex jugador Dunga, ha quedado abollada por las duras críticas de la prensa y reclamos de la afición para que el entrenador renuncie tras una nueva pálida exhibición auriverde en las eliminatorias mundialistas. Un tercer empate consecutivo sin goles como local, esta vez el miércoles ante Colombia en el Maracaná de Río de Janeiro hizo a Dunga subir un paso más hacia una guillotina que la ´masa futbolera´ quiere hacer caer hace tiempo.
Brasil está segundo en la tabla de las eliminatorias a Sudáfrica 2010 con 17 puntos, a seis del líder Paraguay, y eso es el principal argumento defensivo de Dunga ante las críticas, aunque hasta ahora el juego de la ´Seleçao´ ha sido irregular, no gusta a periodistas ni hinchas y no exhibe esquema definido.
Desde 2004 que Brasil no puede ganar dos juegos seguidos por eliminatorias. "¡Adiós Dunga!" y "¡Burro... Burro" fueron los gritos rabiosos a coro de una ´torcida´ carioca indignada por segunda vez consecutiva tras el inédito empate 0-0 logrado ante la débil Bolivia, en setiembre en Río. Antes le precedió otra igualdad sin goles ante Argentina, en Belo Horizonte. "Eso es normal cuando Brasil no gana. No voy a ser el primero en ser abucheado", señaló Dunga, quien subrayó que "se precisa de más equilibrio, parece que Brasil estuviera último en la clasificación".