SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El juez Miguel Ángel Gaimaro Pozzi dictó el procesamiento del taxista Carlos Javier Burgos por el delito de desobediencia, una figura que la ley sanciona con pena de 15 días a un año de prisión, aunque en este caso podría encubrir otra conducta de mayor gravedad.
El sospechoso estaba junto a otro taxista y cinco jóvenes con mochilas, presuntamente con objetos robados, y escapó cuando la policía le dio la voz de alto, a velocidades de hasta 100 kilómetros por hora, violando semáforos, un puesto policial y lomos de burro de la Ruta 40 Sur, mientras lo perseguía un patrullero con sirena encendida.
La causa se inició el último 9 de mayo, aproximadamente a las 23:10, ocasión en que Burgos, según la acusación, se encontraba a bordo del taxi Fiat Siena interno 039, dominio EOB 980, en el cruce de las calles Felipe Laguna y Beschedt, en actitud sospechosa y en compañía de al menos cinco jóvenes con mochilas en sus espaldas, cuya identidad nunca pudieron determinar, y el taxi interno 075.
La sospecha, puntualmente, se originó en un llamado a la policía que señalaba que allí en ese grupo se estaban comercializando elementos robados. Al advertir la presencia policial los jóvenes escaparon a la carrera y Burgos tampoco acató la orden de detención y emprendió la fuga en su auto, en ocasiones a velocidad superior a los 100 kilómetros por hora, cruzando los semáforos en rojo y evadiendo un control policial, mientras lo perseguía por 15 ó 20 minutos un patrullero que llevaba la sirena y balizas encendidas.
A Burgos lo detuvieron después de que abandonara el auto en el patio de una vivienda situada en la calle Diego Neil, en el barrio Omega, y se justificó diciendo que escapó porque sintió temor.