Hay dos cosas que debes entender sobre el mercado: una es que está compuesto por gente muy aguda y sofisticada, los mejores cerebros del mundo. Y lo segundo, es que el mercado financiero está dirigido por sentimientos.
-¿Y qué significa eso?
-Bueno. Digamos que todo está yendo normalmente y entonces, de repente, una de estas personas agudas y sofisticadas dice: "¡Dios mío! ¡Lo perdimos todo!".
-¿Debería saltar por la ventana?
-¡Sí! ¿Yo debería saltar por la ventana? ¿Saltamos todos?
-¡Vendé!
-¡Vendé! ¡Vendé!
-Eso, vendé, vendé, sí, sí.
-(Más calmo) Luego de unos días, la misma persona de mente sofisticada dice: "Creo que está yendo todo bien". Y otro dice: "Estoy de acuerdo. Somos ricos".
-¡Comprá!, ¡comprá!, ¡comprá!
El irónico diálogo entre un periodista especializado y un broker, en el programa británico "La última carcajada", refleja la inconsistencia actual del capitalismo global por la explosión de la burbuja hipotecaria en los Estados Unidos, que llevó al presidente de la potencia George Bush a poner en estudio la nacionalización de parte del sector bancario.
Después de una primera reacción altanera -propia del muerto que se ríe del degollado- , el gobierno, a través de sus máximas figuras, la presidenta y su marido, tomó conciencia de que el golpazo sufrido por las naciones más poderosas impactará en la región. De hecho, ya sacudió a Brasil, el principal socio comercial de la Argentina en el Mercosur, y encendió alertas rojas en empresarios y sindicalistas, que empezaron a mantener reuniones reservadas para acordar y no seguir alimentando la hoguera de la imprevisión y la desconfianza.
Un fogón que no consiguieron avivar los productores agropecuarios de la Mesa de Enlace con el nuevo paro de seis días que, sin la 125 en el tapete ni un Néstor Kirchner desencajado prestándose a la pelea, pasó desapercibido: en los medios y en las rutas.
Sin abjurar de sus principios, la administración K trata de mantenerse serena frente a la crisis, transmitiendo una imagen de solidez y optimismo. Quizá porque el vendaval del 2001, que se llevó puesto al presidente Fernando de la Rúa, inmunizó al país, al convertirlo en paria y sacarlo del circuito de los negocios crediticios, al menos momentáneamente.
Así los reclamos del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, para obtener un aguinaldo complementario de 500 pesos antes de fin de año, se dieron de bruces con el pragmatismo de Néstor Kirchner, quien dado a recomponer políticamente, les explica a sus visitantes en Olivos que el deber de la hora es mantener la producción y el empleo, relegando a un segundo plano la puja por mejores salarios.
"Es hora de cuidar la caja", repitieron varios ministros en sintonía con el jefe de la UIA, Juan Carlos Lascurain y el empresario automotriz Cristiano Ratazzi.
Ante la falta de financiamiento internacional -nadie presta un dólar-, el gobierno cuidará "el mango".
En ese sentido, entre bambalinas, impulsa un pacto obrero-patronal, que garantizaría que no haya despidos a cambio de no reabrir las paritarias.
"En medio de esta tormenta hay que parar la pelota. Como dijo el general, desensillar hasta que aclare", recitó un importante legislador del oficialismo tras dialogar con Kirchner.
El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, uno de los pocos que se atreve a contrariar con sus opiniones al matrimonio, destaca que Néstor Kirchner es un hombre que sabe amoldarse a los sinuosos barquinazos económicos.
"No es necesario tomar medidas urgentes, somos un gobierno responsable y conservador en materia de gastos", se atrevió a proclamar el ministro Florencio Randazzo.
Despotricando contra el vicepresidente Julio Cobos y el chacarero Alfredo de Angeli (al que le augura un final más decadente que al falso ingeniero Juan Carlos Blumberg), el senador Miguel Pichetto, remarcó "el realismo" del modelo K, que está sufriendo un alza sostenida del dólar. Lo que favorece a los exportadores y enfría el consumo.
Al respecto, el titular del Banco Central de la República Argentina, Martín Redrado, aseguró que no habrá flotación brusca y le dio un barniz previsible al desenvolvimiento financiero local.
Ambos promueven sacar tajada del tembladeral mundial para hacer los ajustes macroeconómicos pendientes.
La presidenta Cristina Fernández finalmente anunció medidas para pequeños y medianos productores, que no conformaron a los cuatro principales dirigentes de las entidades agrarias. "El paro del campo fue patético y el abrazo al Congreso aún más, porque había más militantes clasistas que trabajadores rurales", sugirió Pichetto.
Arnaldo Paganetti
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