Al caminar, al correr, al levantar un objeto o manipular otro, al realizar movimientos repetitivos varias veces por día, se ponen en funcionamiento varias estructuras del cuerpo conectadas entre sí.
Como una máquina perfecta, nuestro organismo activa sus engranajes dando fuerza y amplitud de movimiento, pero cuando alguno de estos falla sobreviene el dolor.
La estructura ósea es sólo una parte de los que sostiene al cuerpo; los músculos, tendones y ligamentos son los principales involucrados en losmovimientos. Los tendones son una suerte de cuerdas que garantizan la inserció de los músculos a los huesos. Cuando los músculos se contraen, los tendones le trasmiten esa energía a los huesos para que se muevan.
Entre hueso, músculos y tendones se sitúan una especie de “bolsitas” de consistencia gelatinosa denominadas bursas. Su misión es facilitar el movimiento suave de estas estructuras, como amortiguadores. Los huesos del esqueleto se mantienen unidos entre sí por ligamentos, una suerte de bandas de tejido elástico que mantienen al conjunto estable y colaboran en la resistencia de las articulaciones.
En cualquiera de estos puntos estructurales pueden surgir los problemas ya sea por un trauma, un mal movimiento, esfuerzos a repetición o incluso infecciones.
Estocada y sobrepeso La tendinitis es el dolor provocado por la inflamación del tendón. Este padecimiento puede aparecer durante la noche y producir además tumefacción y rigidez que empeora al mover la articulación.
Cualquier tendón puede verse afectado, aunque es frecuente que sufran más aquellos situados en los dedos, los pies, los tobillos, los hombros y las muñecas.
La causa más común es el uso prolongado de la articulación o la sobrecarga por trabajo o actividades deportivas.
Deportes como el spining (bicicleta,pero con mucho esfuerzo) o el step (estocada, sentadilla) pueden provocar inflamación de las rodillas por sobrecarga, y el mismo riesgo puede tener la gente con sobrepeso.
Los codos sobre la mesa
Cuando la que se inflama es la bursa, la afección se denominabursitis. “La bursa es una suerte de saco virtual que contiene una cantidad ínfima de líquido. Esta permite el deslizamiento de la articulación entre la piel y el hueso, hace que por ejemplo, que cuando apoyamos el codo en alguna superficie este tenga movilidad, la piel puede deslizarse”, explica el jefe de patología de Cadera y Rodilla del área de Traumatología del hospital San Martín, Marcelo Fiorioli.
Y es justamente el codo el más frecuentemente afectado por la bursitis ya sea por microtraumatismos repetitivos, sufridos por ejemplo por quienes en su actividad laboral apoyan el codo muchas horas.
La gota, un proceso metabólico generado por la acumulación de ácido úrico, también puede provocar bursitis. Lo mismo que una espina clavada en el codo o la rodilla, que generará una bursitis de tipo infeccioso.
Por su parte el doctor Jorge Baretto, asociado del sector de cirugía de Mano del hospital Italiano de Buenos Aires, señaló que otras de las zonas comúnmente afectadas es la rodilla: “Esto puede darse en pacientes que tienen que trabajar arrodillados.
Las bursitis superficiales pueden también ser post trauma y producirse por un evento deportivo.”
Entre los síntomas más frecuentes de la bursitis se hallan el aumento del tamaño en la articulación, dolor y temperatura localizados.
Incluso a veces se complica el cuadro por un proceso infeccioso.
“La bursa se inflama, la piel se estira y muchas veces la tensión hace que la piel se agriete, y es cuando entran los gérmenes de la piel. En estos casos se debe dar antibióticos para los principales gérmenes que pueden afectarla, y luego mediante una punción averiguar cuál es el que específicamente está provocando el daño”.
Ante la inflamación se debe hacer reposo, colocar hielo en la zona afectada y sobre todo evitar la causa de la inflamación.
Según el especialista, es común ver esta afección en pacientes que trabajan en oficinas, en estos casos se debe cambiar la postura y evitar el apoyo a nivel del codo cuando este es el afectado