El plan tiene programas previstos para 10 años y una inversión global de 736,5 millones de pesos tomados de las retenciones a las exportaciones de frutas, se informó en fuentes del gobierno provincial.
La elaboración del PFI es el resultado del trabajo de seis meses por cuenta de especialistas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación; los gobiernos de Río Negro y Neuquén; y la Federación de Productores de Fruta de ambas provincias.
También participaron la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI), la Cámara Argentina de la Industria y Exportación de Jugos de Manzana, Peras y Afines (CINEX), y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
De la firma del acuerdo respectivo, en el Círculo Italiano de Regina el miércoles a las 11, participarán Cristina Fernández de Kirchner; el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi; y los gobernadores de Río Negro, Miguel Saiz, y de Neuquén, Jorge Sapag.
También están invitados los mandatarios de Mendoza, Celso Jaque, y de San Juan, José Luis Gioja. La premisa del PFI es alcanzar una fruticultura más competitiva, en el marco de la equidad social y la sustentabilidad ambiental, para lo cual se establecieron 15 programas.
Del total de 736,5 millones de pesos, el 64 por ciento (471,5 millones de pesos) será para créditos a los actores que intervienen en el sector, con el propósito de constituir un fondo rotario permanente.
El 25 por ciento (184,34 millones de pesos) corresponde a aportes no reembolsables que se asignarán directamente a los productores.
En tanto, el 11 por ciento restante (80,5 millones de pesos) se destinará a aportes no reembolsables de carácter sectorial, para entidades y organizaciones primarias.
Los programas por desarrollar, para productores y empresas, están referidos a la modernización productiva, calidad integral y asociativismo.
En el caso de los programas sectoriales se apunta a sanidad, mercado externo, sistema de información estratégica, transparencia y seguridad jurídica, mercado interno y disponibilidad y calificación de mano de obra.
Los programas de apoyo previstos son para desarrollo rural, capacitación, investigación, desarrollo e innovación, financiamiento, diversificación industrial e infraestructura básica.
Los resultados que se esperan alcanzar al implementar los programas del PFI tendrán impacto en el sector en su conjunto y en cada uno de los actores, en particular aquellos caracterizados como más vulnerables.
Desde el punto de vista sectorial, se espera un incremento en las ventas totales de fruta de pepita y carozo de tal magnitud, que represente un valor de transacción global cercano a los 585 millones de dólares.
Esta cifra supone volúmenes de comercio destinados a los mercados externo e interno de 700 mil y 400 mil toneladas, respectivamente.
Para disponer de la cantidad de fruta requerida es necesario, entre otros aspectos, incrementar la producción regional hasta llevar los valores actuales a 1,75 millones de toneladas.
Esto presupone, por un lado, aumentar la productividad hasta un promedio general de 35 mil toneladas por hectárea; y por otro, ampliar la superficie cultivada hasta alcanzar las 50 mil hectáreas en producción.
Además deben iniciarse acciones concretas para que el porcentaje de descarte de la fruta producida no supere 35 por ciento.
Se estima alcanzar este último objetivo a través del incremento de la tasa de reconversión, 5 por ciento anual; la cobertura del 100 por ciento de la superficie implantada con sistemas de aseguramiento de la calidad y la reducción del impacto de la plaga carpocapsa. (Télam)