WASHINGTON (AFP).- El tema del desarrollo ha quedado totalmente al margen de las asambleas generales anuales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), donde todas las discusiones giraron en torno de la crisis financiera.
Los flujos habituales de recursos destinados a la ayuda estatal al desarrollo perdieron importancia ante los cientos de miles de millones de dólares de los planes de rescate financiero, los compromisos del G20 y del G7 y el apoyo del Comité del Fondo Monetario Internacional (CFMI).
Los países en desarrollo y organizaciones no gubernamentales multiplicaron los llamados a no reducir la ayuda en estos tiempos difíciles para los presupuestos de los estados. "A comienzos de los años noventa, la ayuda se redujo en un 25% por las mismas razones, y no se volvió a un nivel equivalente hasta 2003. No se deben repetir los mismos errores", declaró Sébastien Fourmy, de la sección francesa de la ONG Oxfam.
En una declaración formulada ayer, los países más pobres y más endeudados expresaron su "decepción por el hecho de que ciertos miembros de la comunidad internacional no cumplan las promesas que hicieron en 2005, de aumentar el volumen de su ayuda, y llamaron a todos los miembros del G8 y de la Unión Europea a publicar planes para alcanzar su objetivo de aquí a 2010".
"Las poblaciones de los países avanzados están en dificultades debido a esta crisis, y estos Estados no van correr hacia la sabana africana para ayudarnos", se había resignado el sábado el ministro de Finanzas de Camerún, Essimi Menye. Los países en desarrollo tendrán que arreglárselas solos
"El papel del FMI en una crisis es conceder préstamos poco costosos para los países en desarrollo, rápidamente y con pocas condiciones. No nos ayudará nada que sea menos que eso, y el FMI sigue fracasando en esa tarea simple", comentó Oxfam.