VIENA (AFP) - El líder y rostro de la extrema derecha austriaca Jorg Haider murió en un accidente automovilístico luego de que su vehículo se saliera de la carretera por exceso de velocidad, informó la policía.

Hijo de un zapatero nazi, brillante orador y líder carismático de la extrema derecha austriaca desde hace 20 años, Haider conducía "mucho más rápido" que los 70 km/hora autorizados en el lugar donde se produjo el accidente, indicó el responsable de la investigación, Ernst Friessnegger.

Sufrió graves heridas en la cabeza, el pecho y la columna vertebral y falleció mientras era transportado al hospital de Klagenfurt, indicó el director del centro, Thomas Koperna.

A los 58 años acababa de lograr la hazaña de colocar a su partido Alianza para el Porvenir de Austria (BZOe) en el cuarto lugar en número de votos en las elecciones del 28 de setiembre y era un político conocido por sus posiciones críticas con la inmigración y la Unión Europea (UE).

Ante la "tragedia humana" del accidente, el presidente de la República, Heinz Fischer, elogió a este "político de gran talento" que supo despertar tanto "el entusiasmo, como críticas enérgicas".

El canciller saliente socialdemócrata Alfred Gusenbauer manifestó su pena y destacó que Haider "marcó la vida política austríaca durante varias décadas". El ex canciller conservador Wolfgang Schuessel, quien de 2000 a 2007 formó una polémica coalición gubernamental con el partido de Haider, saludó a "un político extremadamente talentoso", que "sabía escuchar".

El nuevo hombre fuerte de la extrema derecha austríaca, Heinz-Christian Strache, a quien Haider se vio obligado en 2005 a ceder la dirección de su partido FPOe para fundar el BZOe, también rindió homenaje al que fue su mentor. "A pesar de que nuestros caminos se separaron hace algunos años, Haider fue una de las figuras más destacadas de la Segunda República" austríaca, destacó.Con el BZOe, al lado de su ex Partido Liberal de Austria (FPOe), surgido de una organización de ex nazis de la que se escindió en 2005, Haider contribuyó a un fuerte avance de la extrema derecha en Austria, en detrimento de los dos grandes partidos socialdemócrata y conservador, dejando a los Verdes relegados al quinto lugar.