RÍO COLORADO (ARC).- La ganadería bovina de cría en esta región se ve afectada hoy tanto por factores económicos como climáticas y ambos golpean duramente al sector. Y este presente encuentra a los productores ganaderos con escasas herramientas para enfrentar esta crítica realidad.
Para conocer más en profundidad la problemática del sector, "Río Negro" consultó al veterinario Daniel Bolla, quien se desempeña desde hace varios años en INTA Río Colorado y posee vasta experiencia en este campo.
El profesional expresó que es evidente que las decisiones gubernamentales han perjudicado a la actividad ganadera a partir del cierre de mercados exportadores y a la pretensión de mantener accesible el precio de la carne en la canasta familiar, con lo cual el precio del kilo vivo se halla en una constante desde el año 2005, registrando apenas un alza de 20 centavos, lo cual significa alrededor de un 8 por ciento de aumento.
"La inflación superó largamente, en estos tres años esos porcentajes y mucho más si lo relacionamos con los precios de algunos insumos indispensables para el desarrollo de la ganadería, como por ejemplo alambres, postes, caños, varillas de molino, productos veterinarios, costos de combustibles, fletes, que han aumentado más de un 50 por ciento y en algunos casos duplicado o triplicado su valor", agregó.
Bolla señaló que el productor resignado, mediante su austera forma de vida logra soportar estos embates, en tanto la sequía es quien hace más mella por tratarse de un enemigo natural y que tiene lugar en un marco pecuario totalmente desfavorable, en el cual resulta imposible conseguir otras tierras para pastoreo y muy costosa la suplementación con forrajes y granos. Sin una buena alimentación no hay producción rentable.
Explicó también que un gran sector de la región de monte austral y pampeano que abarca la mitad Este del departamento Pichi Mahuida y los departamentos de Gral. Conesa, Adolfo Alsina y San Antonio Oeste, donde se concentra el 70 por ciento de la ganadería bovina provincial, están por cumplir su cuarto año de bajas precipitaciones, con promedios que no alcanzan la mitad de los valores normales. "Estamos quizás presenciando la sequía más prolongada desde que se tienen registros regionales", enfatizó.
Sumado a esto, toda sequía viene acompañada de bajos precios para la venta de vientres, resintiendo aún más los valores.