VIEDMA (AV)- Uno de cada 10 vehículos tuvo alguna vez un secuestro municipal como consecuencia de diversas infracciones de tránsito. Los problemas se acumularon y convirtieron a la ciudad en la de mayor cantidad de retenciones de la Patagonia.

En lo que va del año fueron a parar a los corralones de la Policía de Río Negro un total de 346 vehículos. Este cúmulo obligó a las autoridades municipales a tomar una serie de recaudos de seguridad firmando un convenio de complementación con la fuerza de seguridad.

Los inspectores municipales llevan realizadas 2.718 actas de infracción reteniendo esa cantidad de rodados, de los cuales 184 son motocicletas. Los conductores de 162 autos fueron encontrados responsables de ebriedad -en 95 casos-, 32 por correr "picadas", 21 no tenían carnet por tratarse de menores; entre las principales actas.

La aglomeración se produjo a raíz de que en los últimos años fueron modificadas las normas que sólo permitían retener vehículos en situaciones de alcoholemia. El año pasado se superó el medio millar de secuestros.

La comuna y la Policía de Río Negro firmaron ayer un convenio para la guarda de los vehículos secuestrados en los operativos de tránsito. En el acto estuvieron el intendente Jorge Ferreira, el Jefe de la Policía, Víctor Cufré, y el presidente del Consejo Local de Seguridad, Daniel Meiriños.

El acuerdo establece que la Policía tendrá a su cargo la custodia de vehículos que el municipio secuestre por infracciones a las normas de tránsito.

Estos vehículos quedarán a custodia en la Unidad de Seguridad Vial, ubicada en las cercanías del puente Basilio Villarino. Por su parte, la comuna contribuirá con mil litros mensuales de nafta súper que serán distribuidos en distintas seccionales.

El convenio tiene un plazo de de dos años aunque la comuna puede pedir una extensión.

Durante el acto, tanto Ferreira como Cufré, hicieron referencia a las medidas de prevención que se están tomando. En poco tiempo más, para mejorar el tránsito, la ciudad contar con un sistema de estacionamiento medido y pago; que fue concesionado a una entidad sin fines de lucro.