Antes de que Diego saltara a escena miles de fanáticos del fútbol pudieron disfrutar de la magia de viejas glorias de la zona. Fue un gozoso viaje al pasado, para disfrutar de las gambetas de Pablo Parra, la inocultable sutileza del "Ruso" Strack, el vigente trajinar de Diego Landeiro. Un partido que terminó 10-10, pero que en realidad habría acabado 11-9 para Cipolletti.

Independiente de Neuquén y el albinegro, un choque en versión "veterano" fue el aperitivo ideal para una noche repleta de atractivos.

Ellos, los ídolos de antaño, disfrutaron otra vez de las mieles del elogio, confirmaron que muchos no se olvidan de ellos.