Después de dos días muy calientes, el cruce de palabras desde larga distancia entre Juan Román Riquelme y Julio Cáceres no apareció en boca de ningún jugador "xeneize" ayer, durante la práctica en Casa Amarilla. Nadie habló hacia afuera, excepto Luciano Figueroa, recién llegado al club, Leandro Gracián, Hugo Ibarra y... Cáceres.

Desde Buenos Aires, el único que hizo referencia al conflicto interno desatado el fin de semana pasado fue el formoseño, quien sostuvo que el defensor paraguayo debió haber hablado con el plantel antes que con los medios.

Una voz importante que todavía no se ha escuchado es la del propio entrenador, Carlos Ischia, sobre quien habrá que ver si hoy da la conferencia de prensa habitual de los viernes, ya que el próximo fin de semana no habrá fecha, y en caso de que hable, si acepta referirse al caso en cuestión.

Desde Paraguay, donde trabaja junto con su selección, Cáceres volvió a hablar del asunto interno. El zaguero dijo ayer que si Boca no lo quiere tendrá que darle la libertad de acción ya que todavía tiene "dos años más de contrato". "Si va a ser molesta mi presencia en Boca, y el club no me quiere tendrán que darme el pase y veré otro equipo", expresó el defensor en la radio AM780, de Paraguay.

En Boca aguardarán la llegada de Cáceres, el jueves 16 para tomar una determinación, no sería otra que una sanción al futbolista. Sin embargo, si efectivamente se aplica una pena al jugador paraguayo, fuentes del plantel expresaron a Télam, que varios futbolistas tienen previsto expresar su disconformidad si es que finalmente se sanciona a Cáceres.

La lucha interna en Boca habría dejado divididos a dos grupos bien diferenciados. Con Riquelme estarían Hugo Ibarra, Javier García, Lucas Viatri (su representante es otro amigo de Román, el ex defensor Cristian Traverso), Sebastián Battaglia, Nicolás Gaitán y Juan Forlín. Y el otro grupo adhiere a Martín Palermo, entre quienes Morel Rodríguez y Julio Cáceres, el juvenil Cristian Chávez, el arquero Mauricio Caranta y el delantero Rodrigo Palacio.