GUADALAJARA, México (AFP) - La ola de violencia que azota a México y que cobró 29 vidas en las últimas horas se expandió a los estados de Jalisco (oeste), donde cinco policías fueron ultimados, y Oaxaca (sur), que registró ocho muertos.
La mayoría de los hechos de violencia vinculados al crimen organizado se habían producido hasta ahora en estados fronterizos con Estados Unidos y en la ciudad de Morelia (oeste).
El ataque en Jalisco, en el municipio de Lagos de Moreno, ocurrió cuando los policías realizaban una "revisión de rutina a un auto sospechoso y se acercaron otros dos vehículos, desde donde les dispararon y lanzaron dos granadas", con el saldo de cinco efectivos muertos, indicó una fuente policial.
En el lugar del ataque, una estación de servicio en un cruce carretero, se encontraron además unos 1.000 casquillos percutidos de armas de fuego, añadió la fuente policial de Lagos de Moreno, localidad de unos 150.000 habitantes La violencia ligada al crimen organizado en Jalisco había provocado hasta agosto 57 muertes violentas .
En Oaxaca, distrito del sur de México que había permanecido ajeno a los ajustes de cuentas del narcotráfico, 5 hombres fueron ejecutados a balazos por presuntos miembros de la delincuencia organizada.