CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Benedicto XVI expresó ayer durante una misa en el Vaticano su deseo de que Pío XII sea beatificado, pese a las controversias sobre su actitud "pasiva" durante la Segunda Guerra Mundial frente al exterminio de los judíos.
Ratzinger, de origen alemán, se expresó así durante la homilía que pronunció en ocasión de la misa celebrada en San Pedro por el 50 aniversario de la muerte de Pío XII, el 9 de octubre de 1958.
Benedicto XVI no precisó, sin embargo, cúando va a firmar el decreto que abre la vía de la beatificación del controvertido pontífice italiano Eugenio Pacelli, que dirigió el Vaticano de 1938 a 1958.
La causa para la beatificación del Pío XII (1938-1958) fue abierta en la década del 60 por el Vaticano, sin que hasta ahora haya obtenido resultados.
"El Papa aún no ha firmado ese decreto, porque considera oportuno que haya un tiempo de reflexión", comentó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
En su homilía, Benedicto XVI explicó que Pío XII actuó "a menudo de manera secreta y silenciosa porque, a la luz de las situaciones concretas de ese complejo momento histórico, tuvo la intuición de que era el único medio de poder evitar lo peor y salvar al mayor número de judíos".
El pontífice lamentó que el debate histórico sobre Pío XII "no sea aún sereno". "Oramos para que adelante la causa de beatificación del siervo de Dios, Pío XII", dijo el Papa.
"Fue valiente y paciente durante su ministerio pontificio, que se desarrolló en los arduos años del segundo conflicto mundial y el periodo siguiente, no menos complejo, de la reconstrucción y de las difíciles relaciones internacionales mejor llamado como ´Guerra Fría´", comentó el Papa.
Benedicto XVI había ya asegurado en marzo que Pío XII había sido un "don" para el siglo XX porque "defendió al pueblo alemán durante la gran catástrofe que representó la guerra".
La figura histórica de Pío XII ha generado debates entre los historiadores, algunos de los cuales critican sus "silencios" ante el Holocausto.
Los defensores del Papa italiano invocan en cambio los planes llevados por el Vaticano ante los nazis y atribuyen a Pío XII todas las acciones efectuadas por los religiosos para oponerse a las deportaciones. (AFP)