NEUQUEN (AN/ACE).- En una cruda descripción de los violentos operativos de identificación de personas que se realizaban durante la dictadura militar, uno de los militares retirados aseguró ayer que el jefe del equipo de peritos del TSJ, Ignacio López Proumen, era el médico que acompañaba a los soldados cuando se allanaban las casas en busca de material "subversivo".

"Salíamos con toda la compañía de soldados, se rodeaba la manzana y con el fusil sobre la espalda, entrábamos a los domicilios. Había que levantar a los chicos si estaban durmiendo, se pedían documentos a los de la casa y se buscaba material subversivo", describió ayer el cabo primero retirado César Valdez.

Cuando se le consultó si en esos operativos iba personal de civil, o médicos, no dudó en asegurar que "íbamos con el médico del cuartel, que era López Proumen", dijo. En otras ocasiones, los allanamientos se hacían con el odontólogo del Batallón, Alberto Pane.

López Proumen está de licencia desde que se conoció en este juicio que atendió a una embarazada de unos cinco meses de gestación en el centro clandestino "La Escuelita". Su declaración durante el juicio devino en la apertura de una causa por falso testimonio en su contra, mientras desde el gremio Sejun, se solicitó un sumario y suspensión como profesional de la Justicia neuquina.

Valdez siguió la carrera militar en el Batallón luego de hacer la conscripción en 1975 y por ello en 1976 era suboficial a cargo de soldados. Aseguró que en los "operativos de identificación de personas", muchas ciudades chicas, como Catriel, resultaban allanadas en su totalidad durante los operativos.

Recordó que luego del golpe, se amplió la compañía "B", que era la que realizaba la apoyatura de los allanamientos.