Jueves 09 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 44 > Cultura y Espectaculos
Hernán Lugano y el largo viaje del jazz
El sobresaliente pianista radicado en Bariloche vuelve a Roca para presentarse esta noche junto a su trío. Será una velada de jazz con el sello de uno de los mejores intérpretes. "Río Negro" conversó con el músico.

Hernán Lugano, al piano, te lleva a otra parte. Su música se sale del cauce natural. Explora por donde no habita nadie. Es agua vertiéndose a lo largo del lecho de un río que luego desborda. En lo extraño y lo diferente, en lo sutil y lo entrañable, en lo genial y lo imperturbable de quien se sabe dueño de un destino es donde crece y se vuelve único el sonido de Lugano.

Su vida ha sido un peregrinaje a lo largo del arte. Amigo de Buenos Aires, Dinamarca y España. De las giras. Del camino permanente. Hijo del sur por decisión propia. La única forma filial que importa. Por estos días, junto a su familia, se encuentra estacionado en Bariloche. Ha terminado su casa. Como siempre, toca todo lo que puede y lo que puede es aquello que le dictan su conciencia y su impulso creador. Anda involucrado en un grupo de tango, en otro de cumbia y en otro más, un proyecto que viene cocinado a fuego lento: jazz junto a un grupo de amigos con los que se conecta sin presiones ni protocolos. Sólo tocar.

Antes de presentarse con este último trío esta noche en Roca -en el resto bar de La Pampa 1576, a las 23- conversó con "Río Negro".

-¿Te has quedado de un modo más permanente en Bariloche o siguen las giras por el mundo?

-No, ya estoy acá. Terminé mi casa y estoy contento. Tranquilo. Lo de las giras en cierta época de tu vida está bien, pero te quema la cabeza. Moverte todo el tiempo te seca. Hace poco me ofrecieron ir cuatro meses a China. Y no, loco, no fui.

-¿Lo pensaste o ya tenías claro que no ibas a hacerlo?

-Lo pensé como una semana. Al final dije que no porque iba a estar cuatro meses sin ver a los pibes. Y no da. Les propuse algo distinto pero para los organizadores era complicado. Era buena guita pero ya ves: elegí otra cosa.

-¿Cuál es ahora tu idea del "exterior" como trabajo?

-Es una época distinta para mí. No quiero ir y pasarme seis meses afuera. Me gustaría hacer cosas muy puntuales, muy bien planteadas; ir, tocar y volver. Hacer ese tipo de giras requiere de una cantidad de esfuerzo que al final te quita el tiempo y las ganas para otras cosas. En este momento quiero componer, concentrarme en mi trabajo, grabar y tocar.

-Finalmente has encontrado tu lugar en el mundo y un modo de vivir en él.

-Sí, porque hay una etapa -sobre todo cuando sos joven- en que querés vivir en Nueva York, viajar y ser Chick Corea. Te desgastás en montón de cuestiones cuando lo que uno tiene que hacer es concentrarse en la música. Puede que estando acá el proceso de difusión sea más largo. Pero también es cierto que lo otro es trasladarte, perseguir a los sponsors, a los organizadores de festivales, y es muy desgastante.

-¿En qué estás trabajando en este momento?

-Estoy concentrado en mi música, pero también fom o parte de un grupo de tango, aunque muy a la mía, con armonías, con libertad, y otro de cumbia con el que nos estamos divirtiendo mucho. También está este proyecto con Luis y Pope, que tiene una onda muy especial y dada por la sincronía que existe entre nosotros.

-¿Qué veremos en tu recital de esta noche?

-Van a ver la onda que se da entre un grupo de músicos que se sienten bien tocando juntos, improvisando y tocando con libertad.

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