Jueves 09 de Octubre de 2008 Edicion impresa pag. 2 > Nacionales
El remedio (estatal) puede ser peor que la enfermedad, dicen

BUENOS AIRES (ABA) . - No son pocos los especialistas que ponen en duda que la hecatombe financiera sea producto de la desregulación y la escasez de controles. "Concluir que faltaron regulaciones es un apresuramiento ideológico. El descalabro lo provocó la baja artificial de la tasa de interés decidida por la Reserva Federal norteamericana para evitar caer en recesión", explicó el economista de la Fundación Atlas, Gustavo Lazzari.

El mismo acotó que cubrir mediante los bancos centrales las deudas sin garantías, "es como poner la basura debajo de la alfombra. Se podría aceptar como un mal menor para intentar quitar el temor a perder los depósitos, pero si encima no se restituye la confianza... La cuestión de fondo es quién paga los errores que se cometieron, porque en economía no hay error sin pago". Lazzari destacó que en un contexto -como el de los últimos años- de fuerte crecimiento de la economía, sumado al alza en los precios de los commodities, dicha tasa de interés forzada terminó siendo negativa haciendo rentables todo tipo de malos negocios.

El consultor financiero Agustín Etchevarne -director del think tank Foro Republicano- , agregó que a dicha discrecionalidad se le sumó emisión y alto endeudamiento cuando los gobiernos norteamericanos salvaron a México del "efecto tequila" en 1994, luego a Tailandia y Hong Kong, y a Rusia en 1999 (la excepción fue Argentina) además de un incremento en el gasto militar.

Según Lazzari "si ésta fuera una crisis bursátil a la Argentina le afectaría poco porque está fuera del mercado de capitales, pero al ser financiera los países que nos compran al tener cortado el crédito frenarán sus compras de commodities y materias primas; a lo que se suma una mayor oferta de nuestros competidores directos como Brasil que nos va a quitar mercados".

Lazzari descree del blanqueo de capitales que estaría estudiando el gobierno para quienes traigan dinero del exterior y lo aporten a un fideicomiso destinado a obra pública: "Son medidas casi con nombre y apellido, pero aun cuando sea bienintencionada, si no está en el contexto de un clima de negocios es difícil encontrar quién se anime a traer la plata con la inseguridad jurídica que existe".

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