En el fútbol, las paredes suelen hablar, y mucho. Sobre todo las de los vestuarios. Es allí donde se dicen las cosas. Pero resulta que siempre se sabe todo lo que en ese lugar (ya no tan) sagrado se dice. Y son los protagonistas mismos quienes cuentan lo dicho paredes adentro. Si no, sería imposible saberlo.

Nadie dice lo que no quiere que se sepa y últimamente los jugadores están muy interesados en que se sepan los conflictos internos. Y claro, los periodistas estamos muy interesados en conocerlos.

Basta una frase suelta para construir una novela, una tapa, un programa. Lo saben los jugadores y lo sabemos los periodistas. Entonces, ¿para que dijo Cáceres lo que dijo? ¿Importa saber que Palermo se entrena con mejor cara que Riquelme? ¿Hubiese dicho lo mismo un miércoles a la noche, sentado en el vestuario, con la Copa Libertadores a su lado?